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Quito: ¡alcantarillas a reventar!
En la ciudad existen tres puntos vulnerables que colapsan cuando llueve. Aunque hay planes de mitigación, los vecinos piden soluciones integrales
Los aguaceros en la capital, sobre todo en las últimas semanas, han ocasionado constantes emergencias por inundaciones. El jueves pasado, por ejemplo, las alcantarillas colapsaron en Carcelén y La Ofelia, norte de Quito.
Estos puntos ya fueron identificados por la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (Epmaps), manifestó Luis Collaguazo, gerente de operaciones de la entidad.
Se tiene previsto llevar a cabo una intervención para incrementar la capacidad de los colectores, también en la Ferroviaria, sur de la capital, y en Tumbaco, al nororiente.
“El último evento fuerte (el jueves) fue porque la cantidad de lluvia fue inusual y desbordó la capacidad”, explicó.
Esa tarde fue necesario cerrar el paso en la calle 11 y Diego de Vásquez, en La Ofelia, y en la intersección de la avenida Diego de Vásquez y Antonio Castillo, en Carcelén. Para los moradores, no es un caso aislado.
“Siempre hemos tenido este problema. Si no se inunda la calle, sale agua por los inodoros”, lamentó Marcia Gómez, moradora de la calle 11.
Según la vecina, la acumulación constante de agua ha hecho que el asfalto se deteriore más rápido. “Los carros se golpean, tienen que desviarse y el perjudicado es el peatón”, agregó.
El agua sucia ha llegado a sobrepasar el metro de altura dentro de la casa de Marcia, por lo que varios electrodomésticos ya se le han dañado. “Eso no hay quien nos pague”, dijo.
Piden arreglos
En Carcelén, donde también colapsaron las alcantarillas, los residentes esperan una solución integral, pues además deben lidiar con los huecos que han dejado los trabajos de instalación del sistema de agua potable por toda la calle Antonio Castillo.
“Van meses y parece que en lugar de mejorar retrocedimos”, comentó Ramiro Sánchez, morador de la zona. Las lluvias, a parte de colapsar las alcantarillas, han deteriorado notoriamente el estado del asfalto. “Allí es cuando los carros quedan atrapados. Algunos alcanzan a guardarlos”.
Collaguazo informó que sí se han tomado acciones, pero que no son soluciones definitivas. “Buscamos prevenir estos eventos. Hemos conseguido mitigarlos”.
La entidad, hasta el momento, ha realizado el mantenimiento de las captaciones en 36 de las 133 quebradas en la ciudad. Importante para retener el agua lluvia y evitar inundaciones.
Problema histórico
En La Ferroviaria, en el sur, que el agua convierta la calle Gualberto Pérez en un río caudaloso no es novedad y tampoco que en el parque se forme una ‘cascada’ cuando llueve.
“Desde hace unos 25 años pasa esto, se destapa la alcantarilla porque no abastece”, aseguró Francisco Oña.
La última vez que vio el ‘río’ fue la semana pasada. El agua también sale de los desagües de baños y cocinas, contó.
Johana Elizalde, moradora, debe levantar los productos de su tienda cuando hay precipitaciones, para que no se dañen.
Según Collaguazo, este es otro de los proyectos que prevén realizar próximamente, pero aclaró que también es necesaria la colaboración ciudadana de no arrojar basura en las calles, los sumideros y las quebradas, ya que eso ocasiona que la capacidad del sistema disminuya.