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Puso el pecho a las balas que iban para su jefe
Guardaespaldas recibió los tiros dirigidos a Emilio Bowen, testigo protegido en el asesinato de Harrison Salcedo. Hubo un muerto y un herido, en Manta
Los exteriores de la clínica particular donde está asilado Emilio Bowen, en Manta, provincia de Manabí, se encuentra con un importante contingente policial.
Esto sucede desde la noche del jueves, luego de sobrevivir a un ataque perpetrado al estilo sicariato.
El herido, según la Policía Nacional, es un testigo protegido en el asesinato de Harrison Salcedo, jurisconsulto que participó en la liberación de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, asesinado el 28 de diciembre del 2020. En este último caso, Bowen fue investigado por asociación ilícita.
Emilio fue atacado a balas aproximadamente a las 19:00 del jueves 11 de noviembre, en la calle 20 y avenida 24, barrio 8 de Abril, de Manta.
El testigo protegido se encontraba merendando en un asadero. Allí estaba acompañado de su guardaespaldas Gabriel Zambrano Macías y otro ciudadano.
De acuerdo a las investigaciones preliminares, un hombre se bajó de una motocicleta, caminó una corta distancia y luego disparó por repetidas ocasiones. Acto seguido huyó con un cómplice que lo esperaba en una calle adyacente.
Las indagaciones apuntan a que el ataque violento iba en contra de Bowen, sin embargo, según dijeron ciudadanos que prefirieron omitir su identidad, Zambrano 'puso el pecho a las balas'.
El cuidador recibió un total de 10 disparos que le ocasionaron la muerte instantánea.
Su cuerpo quedó en medio de sangre, alimentos, ají y vidrios de los platos que cayeron al suelo tras los 'plomazos'.
El protegido recibió 4 disparos a la altura del pecho.
En un video que se viralizó en redes sociales, se observa que el hombre es arrastrado en el interior del restaurante con la finalidad de brindarle ayuda.
Delicado de salud
El general Pablo Ramírez Erazo, comandante de la Policía Nacional, en Manabí, informó que se trató de un hecho violento, donde se confirmó el deceso de Zambrano, cuyo cuerpo fue trasladado al Centro Forense de Manta; mientras que Emilio fue llevado a una clínica y su pronóstico es reservado.
En el sitio, los peritos de Criminalística recogieron varios indicios balísticos provenientes de un arma de fuego, tipo pistola, calibre 9 milímetros.
En medio del levantamiento de indicios, huellas y vestigios, los propietarios del local donde se perpetró el hecho se mostraron impactados. Sus rostros lucían afligidos, pues el incidente frenó las ventas.
Mientras se fijaban los casquillos de balas, los empleados guardaban mesas, ollas llenas de arroz, menestra y levantaron la parrilla donde se expenden los asados. "Es un local muy conocido, pero hoy (noche del jueves) lamentablemente fueron víctimas de este ataque que le apagó las ventas. Es un caso aislado porque pudieron estar estos señores en cualquier otro lado", comentó Diana Ostaiza, residente del lugar.
Finalmente, al sitio también arribó una mujer que se identificó ante los investigadores como familiar del fallecido. Se tiró al suelo y gritaba devastada: ¿Qué le digo a mis hijos?
La ciudadana lloraba y rogaba que le permitan acercarse al cuerpo, sin embargo, los agentes le repetían que no podía alterar la escena donde ellos trabajaban en busca de esclarecer el delito. (AG)