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Política
¡El debate presidencial fue puro bla, bla, bla!
La gente coincide en que las propuestas no son claras. Las quejas por el pasado político del país fueron una constante. Para los analistas, el formato no fue el adecuado para exponer los planteamientos
Propuestas a medias, sin explicación y candidatos sin criterio es el resumen que Marco Changoluisa, quiteño de 34 años, hace del debate presidencial, realizado el fin de semana con 14 de los 16 candidatos a la Presidencia de Ecuador.
Para él más que un debate fue una prueba de que el país enfrenta una crisis política. “Es increíble que tengamos 16 contendientes, siendo un territorio pequeño”, comenta. Además de los “ofrecimientos de siempre” en salud, empleo, vivienda, educación y reformas a la ley, lo único que pudo contemplar durante el conservatorio fue el mismo discurso político para “echarle la culpa” a los gobiernos anteriores por la situación actual. “Se supone que si alguien se lanza a la presidencia es porque conoce la realidad y tiene estrategias para solucionarla”, acota.
Para Johanna Chacón, la crisis económica no se soluciona con palabras. Hoy, muchas de “las caras son diferentes”, pero las propuestas son las mismas. Aunque, más que los políticos novatos, lo que le preocupa son las candidaturas de personajes que han “salido muy mal” del poder, incluso recuerda a uno que huyó de su puesto en helicóptero, menciona.
Por su parte, Andrés Andrade considera como una falta de seriedad y compromiso que Andrés Arauz (Unes) y Yaku Pérez (Pachakutik) no hallan participado. “La mayoría son desconocidos. No aportaron nada nuevo ni debatieron las propuestas. Solo fue un foro para dar rienda suelta a la demagogia”, insiste.
En Guayaquil, la desinformación y desinterés fueron los participantes más activos entre los ciudadanos consultados.
Fue como encontrar una aguja en un pajar. “No lo vi”, “no tenía tiempo que perder”, “no tenía conocimiento de la transmisión”, fueron algunas de las respuestas.
Elisio Poveda, 56 años, representante de la Asociación 12 de Noviembre (Paján, Manabí) fue uno de los pocos que lo vio, pero afirma que ninguno hizo una propuesta clara y contundente sobre la rehabilitación económica del país. “Hay mucha confusión y seguro sacarán provecho de eso”, sostiene.
Jonathan Andrade, de 30 años, sí vio los dos días de debate y se desilusionó, pues los nuevos elementos no lo convencen y los que tienen más cancha, tampoco. “Ninguno estaba preparado... Estuvieron bien los temas seleccionados, pero no los desarrollaron bien”, sostiene.
Glenda González, de 63 años, prefirió ver otro programa en su televisión. “Me molesta que los candidatos sigan creyendo que nos pueden engañar solo haciendo su show de peleas y luego bien que se llevan. También me puse a atender a mi familia, que es mi prioridad, ellos no me dan de comer y nos les creo sus reales intenciones”.
"No se puede hacer un debate en dos tandas"
Para Henry Basabe, especialista en marketing político, el formato ‘debate’ no se ajusta al conversatorio que se realizó el fin de semana. “No se puede hacer un debate en dos tandas y entre tanta gente”.
Basabe explica que en esta ocasión, la papeleta no tiene candidatos con trayectoria política y los pocos que la tienen, es mala. “No han trabajado una imagen presidenciable. Tampoco han llegado ahí por mérito propio o porque tienen propuestas claras y debatibles”, dice.
Para el sociólogo y catedrático Juan Salazar, dos días fueron demasiado para la población. Opina que el debate no cambió posturas en los espectadores. Unos se murieron de risa y otros de coraje.
“Los jóvenes están desarrollando su criterio. Uno de mis alumnos me dijo: no voy a votar por ese payaso que baila en redes, cuando me digan qué van a hacer por el sistema educativo y cuidado ambiental, allí puedo interesarme. Los asesores de estos señores les dicen: 40% de los jóvenes de menos de 25 van a sufragar y tienes que llegar a ellos y van a Tik Tok a hacer payasadas. Los jóvenes sí se los evalúan”.