La época lluviosa en la capital causa preocupación, sobre todo a quienes viven cerca del río Machángara, en Orquídeas, centro de Quito.

Uno de los muros de contención del puente (que conecta Orquídeas con el barrio El Rosario) se vino abajo, hace poco. “La estructura tiene 50 años. Es la primera vez que pasa algo así”, lamentó el vecino Miguel Vega.

Los moradores atribuyen los deslizamientos de tierra al paso reciente de autobuses sobre ese viaducto. “No es ni un año que cambiaron la ruta de los buses”, explicó.

El peso y la velocidad con la que circulan harían que la tierra se remueva, esto, sumado a las constantes lluvias de abril. “En las casas también se sienten las vibraciones del piso cuando pasan los carros”, comentó Gina Sánchez.

A ellos les preocupa que el paso elevado se caiga y queden incomunicados. O que “suceda mientras alguien esté circulando por allí”, detalló Vega.

Además, Sánchez aseguró que esa quebrada era seca, pero que desde hace varios años se han realizado desfogues de agua lluvia de la Autopista General Rumiñahui y algunos conjuntos habitacionales.

“Había, incluso, pequeñas vertientes de agua limpia de las que se podía hasta beber, pero ahora, encima, están contaminadas”, reclamó.

Evaluaciones

Al sitio llegaron algunos técnicos de Gestión de Riesgos del Municipio. Diego Paredes, director del área técnica, dijo a EXTRA que colapsaron los muros de ala que lo protegen.

“El puente no está afectado, de hecho sigue siendo seguro y funcional”, aseveró.

Pero sí habrá trabajos de mitigación, es decir, que se tiene previsto rellenar los socavones que se formaron con las mismas piedras que cayeron al cauce del río, según el funcionario.

Paredes descartó por ahora que las afectaciones se hayan dado por el paso de los vehículos pesados, por lo que tampoco se hará una revisión de la frecuencia.

Al filito

Esta no es la única zona que registra derrumbes. En el barrio El Rosario, muy cerca de allí, los moradores han visto cómo la tubería del alcantarillado se ha caído.

“Fue en estos días nomás, cuando el caudal del agua aumentó”, dijo Leonila Santander, vicepresidenta del barrio.

Allí colocaron una cinta de emergencia para evitar que, sobre todo los niños, caigan al caudal del río. Está a un metro de la casa barrial y de la cancha del barrio.

“Nos tienen esperando mucho tiempo, han venido a tomar fotos y se han ido”, agregó Carmen Fonte, moradora.

Uno de los problemas de esa zona es que algunas partes no serían legalizadas o reconocidas por el cabildo, según las vecinas.

Diego Paredes señaló que se realizarán las evaluaciones de esos deslizamientos en los próximos días para determinar el grado de afectación y el plan de acción.