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Profanaron tumba para robarle a la muerta
Familiares aseguraron que la difunta fue sepultada, hace mes y medio, con dinero y joyas. Ocurrió en el cementerio de Chanduy
Diana Estupiñán estaba muy consternada, la mañana de hoy jueves 24 de septiembre, en el cementerio de Chanduy, de la provincia de Santa Elena. La tumba de su madre había sido profanada.
En medio de su pena recordó que hace días comentó con alguien que a su progenitora, Jenny del Rocío Velasco, fallecida hace mes y medio, presumiblemente la habían sepultado con 600 dólares y algunas joyas de oro.
"Le conversé a una persona que a mi madre le di a guardar un dinero, y después de muerta revisamos sus cosas y no encontramos nada”, señaló. Además, le habría comentado que su mamá siempre escondía las cosas en su almohada y que, a la final, allí estaba la plata.
Cuando Jenny murió, en el féretro se colocaron sus almohadas. Por el dolor que en ese momento sentía la familia nadie revisó las prendas y así la fémina fue sepultada.
Después de unos días de su sepelio se acordaron de los bienes, pero ya era tarde; por eso, sus allegados decidieron que esperarían un año para solicitar la exhumación y recuperar lo extraviado.
Se les adelantaron
A los deudos de Jenny del Rocío Velasco Estupiñán se le adelantaron los facinerosos que, al enterarse del caso, acudieron hasta la tumba de la mujer para robarle. Los maleantes abrieron la parte posterior del nicho y se sacaron el féretro.
"Las almohadas las rompieron, al igual que una funda donde estaba la ropa que le pusimos en su tumba, el ataúd con los restos de mi madre lo dejaron tirado junto a la bóveda", contó la dolida hija.
Junto a Diana también lamentaba el hecho su padre Henry Estupiñán, quien no podía creer que desconocidos hayan irrespetado la tumba de su amada. “Ojalá que la muertita los castigue y no puedan ni dormir por esto que han hecho”, clamó el hombre
Estupiñán contó que su amada dejó de existir como producto de un infarto, y es por eso que no alcanzó a decirle a nadie dónde tenía el dinero y las joyas. Además, coincide con su hija en las sospechas de quiénes pudieron haber profanado la tumba para robar a la muerta.
“Mi hija sólo le comentó de esto a una persona y por allí puede estar el culpable, vamos a denunciar el caso en la Fiscalía a la espera de que se haga justicia", advirtió el acongojado hombre.
Posibles evidencias
Unos guantes color celeste se encontraron en la parte posterior del camposanto, cerca del nicho profanado. Para los deudos, aquellos guantes podrían servir como evidencias, pues estiman que los pillos los utilizaron para mover el cuerpo de la difunta. “Esperemos que allí se encuentren huellas”, enfatizó otra pariente de la extinta.
El caso ha alarmado a los pobladores del área de Chanduy, en el cantón Santa Elena, que comentan con propiedad que en estos tiempos ni los muertos se salvan de los ladrones. (JL)