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Portoviejo: murió el 'caza' infieles de la ciudad
Fue un personaje manabita que se ganó el cariño, pero también el temor de los ‘pone cachos’. Una enfermedad le arrebató la vida
Si en las calles de Portoviejo, Manabí, se preguntaba por Wellington Raúl García Pinargote, quizá nadie sabría a quién se referían. Pero si en cambio se mencionaba al Mudo García, todos le ‘sacaban pinta’. Y es que se trataba de un personaje muy popular, que se ganó la fama como ‘detective de infidelidades’ y también porque no podía hablar.
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García estuvo luchando por su vida al menos un mes. Una infección que le afectó riñones, pulmones e hígado lo tenía internado en una casa de salud de Manta, a 30 kilómetros de la capital manabita. Sus amigos lograron recoger fondos para ayudarlo, pero la tarde del viernes 24 de mayo ‘viajó’ a la eternidad.
TERROR DE LOS INFIELES
El mudo García adquirió gran popularidad en el 2000. En la parte baja del edificio de la extinta Radio Sucre, de Portoviejo, se ubicaba con un cuaderno, una cámara fotográfica y unos binoculares. Su objetivo era ‘cazar infieles’.
Willy Quinde, periodista portovejense, recordó que García era un personaje muy famoso, que en su momento se convirtió en el terror de los infieles y aquellos que visitaban lugares de desenfreno y pasión.
“En el cuaderno cargaba las placas de vehículos y se daba a entender que en ellos entraban a los moteles ubicados en la vía Portoviejo-Manta. Había nombre de personajes que incluso le daban cualquier cariño para que no ‘soltara la sopa’, le regalaban zapatos, le compraban comida. Si lo hacían era porque habían sido realmente infieles y no querían ser expuestos”, rememoró Quinde.
García usaba una cámara de las de rollo. En ellas tenía fotos de infieles, evidencias suficientes para exponerlos. Era una forma de someter a aquellos que ponían cachos.
“Se hizo tan popular que hubo mujeres que contrataron sus servicios para que les hiciera seguimiento a sus parejas. En ese entonces se ubicaba en la vía del Periodista, en la zona rosa cerca del antiguo aeropuerto. Allí sacaba sus binoculares y se daba cuenta de todo”, contó el comunicador.
Pero hubo un momento en que la credibilidad de García se fue desvaneciendo. Esto ocurrió cuando a toda persona le hacía la seña de que era ‘cachudo’. Allí pasó de ser ‘detective’ a un personaje con el que el populacho bromeaba y sonreía.
QUERÍA SER PERIODISTA
El Mudo García era un apasionado del periodismo. Era muy amigo de comunicadores de su ciudad. Fue tal su afición que en radios le dieron un chaleco y le gestionaban la credencial para entrar al estadio Reales Tamarindos o donde jugara Liga de Portoviejo.
Cruz Mera Vinueza, exconcejal de Portoviejo y periodista radial, dijo que García se autoconsideraba un reportero. “Cuando iba al estadio, gritaba de una manera desaforada y la gente gozaba. Para Navidad repartía un papelito deseando felicidad y a la vez solicitando un apoyo. Muy humilde, pero a la vez súper considerado. La historia lo recordará”, finalizó Mera.
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