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Las cosas de Carolina Cevallos y sus hijos quedaron inservibles. Poca ropa se pudo salvar luego de lavarla.GUSTAVO GUAMAN

¡En Pomasqui se levantan de entre los escombros!

Con el ‘baño’ de lodo se desvelaron otros problemas en esta parroquia, como la poca capacidad del colector de la quebrada y acumulación de basura

Las huellas de lodo siguen impregnadas en las veredas y paredes de algunas casas de Pomasqui. Los habitantes todavía se recuperan del aluvión que los sumergió en escombros hace una semana y que ha desvelado otros problemas de esta parroquia, situada en el noroccidente de la capital.

Los moradores indican que el aguacero del miércoles pasado habría colapsado el colector de la quebrada Santa Teresita, ubicada en lo alto del poblado, y por eso esta se desbordó.

Jaqueline Castro, presidenta del Gobierno Autónomo Descentralizado de Pomasqui, revela que la capacidad de aquel colector –que recibe aguas residuales y lluvias– no es la suficiente para la población de la zona. Las maquinarias deben sacar la tierra acumulada para que vuelvan a colarse las aguas negras de los barrios altos.

GRANDES PÉRDIDAS ECONÓMICAS

Y aunque en ocasiones anteriores hubo reporte de acumulaciones de agua en la parroquia –quizás por el problema del mismo colector–, ninguna como esta última, asienten los habitantes. Esta generó pérdidas económicas.

"Para la magnitud de la lluvia es un colector pequeño. Por eso pedimos que se haga uno más grande”.Jaqueline Castro, presidenta GAD de Pomasqui

Alfredo López perdió al menos 18.000 dólares en las maquinarias de su vulcanizadora. “Antes se metía agua al local... esta vez arrasó”, señala el hombre, quien todavía no logra poner en orden su negocio para atender a los clientes.

“El colector está cerca del poblado y se había advertido el problema con eso”, afirma López.

Pero este no es el único dilema que surgió luego del aluvión. También se evidenció que las quebradas se han convertido en botaderos de escombros y basura. Y, según Castro, esto se constató en las inspecciones de los últimos días.

Las quebradas están llenas de escombros y basura.GUSTAVO GUAMAN

“La gente bota de todo”, rechaza la presidenta.

Al estar llenas de quién sabe qué, las hondonadas, que sirven como desfogue natural de las aguas lluvias, no ‘cumplen’ con su misión. Además, hace un tiempo hubo un incendio que causó la deforestación del cerro Casituagua, cerquita de Pomasqui. Son factores que se vuelven una rampa para que el invierno ‘haga de las suyas’.

EL LODO, EL NUEVO INQUILINO

En una casa de la parroquia encontramos a Carolina Cevallos. La mujer lava la ropa enlodada de sus tres hijos, la poca que pudo salvar. Lo hace a mano porque la lavadora, así como otros objetos, se echó a perder por la humedad.

“No tuve tiempo de sacar nada. Solo agarré a mis niños y salí corriendo”, recuerda.

La vivienda de Carolina fue una de las más afectadas. Incluso tuvieron que hacer huecos en las paredes para desalojar el lodo que se acumulaba.

“Veía asustada cómo se venía el aluvión... desprendió la puerta de la calle”, relata.

Ella trabaja vendiendo ropa y cosméticos. Los fines de semana expende comida con una amiga, pero la pérdida de sus enseres la ha puesto en una situación crítica. Son diez familias las que resultaron afectadas por este desastre.

UN MES

Una de las estructuras más afectadas fue el Colegio Pomasqui, donde se inundaron aulas y una bodega en la que se guardaba documentación importante. También el cerramiento, que será reemplazado.

Uno de los muros del estadio cayó debido a la fuerza del aluvión y algunas gradas desaparecieron. Por ahora los muebles de las oficinas se secan al sol. La polvareda es más intensa de lo normal en la zona.

La presidenta de la parroquia estima que los trabajos de recuperación tomarán por lo menos un mes. Aunque la situación se evaluará en una mesa de trabajo entre las autoridades de la parroquia, del Municipio y la Prefectura de Pichincha.

El lodo seco ocasiona más polvareda en la zona y el puente peatonal está cerrado temporalmente.GUSTAVO GUAMAN