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Un allegado de la víctima se sentó en la vereda a llorar su inesperada partida.Alejandro Giler

A plomo lo dejaron ‘quieto’ en una silla

El hombre estaba sentado cuidando carros cuando apareció un sujeto que le descargó su arma de fuego

Un mediodía de plomo, sangre y muerte violenta se vivió en una zona dinámica y comercial del cantón Chone, provincia de Manabí.

Una ráfaga de tiros asustó a más de uno. “Mataron al colorado papaya”, se escuchaba decir entre los curiosos que miraban anonadados el cuerpo ensangrentado de un hombre.

La víctima quedó sobre una silla, allí mismo donde, según testigos, cuidaba carros y conversaba con la gente muy amablemente.

Todo el alboroto se suscitó el viernes 13 de agosto, en las afueras de un centro comercial, en la calle Vargas Torres, casco urbano chonense.

Tras los disparos, que según testigos fueron más de tres, se armó un tumulto en los alrededores. El caos reinó en esos momentos. La sangre goteaba lentamente de la humanidad de la víctima.

La Policía Nacional, a través de las unidades de Criminalística y Dinased, acudió a la sangrienta escena. En primera instancia a poner orden y cuidar que no se perturben los indicios del hecho violento.

Entre las decenas de personas, un hombre se fue en lágrimas. Estaba impactado, incrédulo, no podía creer lo que sus ojos veían. Lloraba desconsolado y luego abrazó al cadáver que yacía cubierto con una manta celeste.

La víctima fue identificada como Erik Jhonatan Zambrano Flores, de aproximadamente 30 años de edad.

Las primeras investigaciones apuntaban a que un hombre, aparentemente a pie, caminó hasta donde estaba el colorado papaya y le descargó varios tiros. El sicario no habría actuado solo, se sospecha que en una calle cercana lo esperaba un compinche para la huida.

Entre las escenas de dolor y nostalgia, el cuerpo fue levantado y trasladado al Centro Forense de Manta para la necropsia de ley. (AG)