Las urbanizaciones asentadas a lo largo de la vía Playas - Data no impiden que durante el trayecto se pueda observar las espumosas olas del mar y recibir la fresca brisa yodada, ideal para la ventilación pulmonar, según expertos.

Tras 14 kilómetros de recorrido desde General Villamil Playas, el punto de llegada es Data de Villlamil. Allí, el atractivo son las palmeras, al tiempo que el visitante puede refrescarse con agua de coco que los lugareños venden al filo de la vía.

Más adelante está el puente que limita Playas con Posorja. En ambos lados de la estructura permanece atracada una veintena de embarcaciones artesanales que reposan sobre las aguas del estero, después de una faena de pesca.

“Si está con suerte, el turista podrá comprar pescado fresco, antes de que los comerciantes mayoristas se los lleven”, comenta Marcelo Crespín, dirigente pesquero de la zona.

Tres kilómetros más adelante está Data de Posorja. Luego de atravesar la población, un letrero advierte que hacia la derecha está Playa Varadero, el cual se ingresa por una vía asfaltada de unos 500 metros.

Lo primero que se observa es un complejo turístico y gastronómico al pie del mar. Solo puede ingresar a las instalaciones cumpliendo con las normas de bioseguridad, como la desinfección de manos y ropa.

Gastronomía marinera

En el sitio hay 20 locales de comida y dos de bebidas moderadas. Los visitantes cuentan con una variedad de platos a la carta preparados a base de mariscos que se capturan en la misma zona.

El plato estrella del lugar es la langosta al ajillo en salsa de mariscos. Su creador es Norman Jaramillo, propietario del local Mama Cuchara, que ha representado al balneario en varios festivales gastronómicos.

Los comedores tienen vista a la playa. Desde allí se puede degustar platos, como mariscos en salsa de coco, langostinos a la plancha, cazuelas marineras, ostras gratinadas, robalos al carbón entre otras delicias costeñas. Los platos van desde los $ 6 hasta los $ 15.

También están los famosos cocteles de don Julio Chalén.

Las alternativas

Guillermo Kayser, administrador de Playa Varadero, señala que es un balneario libre con administración del Municipio de Guayaquil.

Tras la pandemia, el sitio retomó su actividades hace dos semanas con los protocolos de bioseguridad y, por el momento, con un aforo del 50 %.

Playa Varadero tiene un mirador que permite observar el paisaje marino y el paso de los buques mercantes. Hay mobiliario urbano y gimnasios, al que se accede por un paso peatonal adoquinado rodeado de árboles. Junto a los comedores hay juegos infantiles.