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Quito: ¡Pinchos con sabor a llamingo!
Las autoridades encontraron animales muertos y otros vivos que estaban a punto de ser faenados. La vivienda fue clausurada.
Gloria León está asustada. Quién sabe desde cuando su hija se habría estado alimentando en uno de los puestos de comida rápida con carne de llamingo. Le dan náuseas por ello.
Ella y otros moradores de la Ferroviaria Alta, en el sur de Quito, están molestos, pues el pasado jueves las autoridades municipales encontraran dentro de una vivienda cabezas cortadas de llamas, paredes manchadas de sangre y varios animalitos que, temblorosos, no sabían hacia dónde correr.
Agentes metropolitanos de control clausuraron la propiedad donde funcionaba este camal clandestino.
Los funcionarios indicaron que las personas que se dedicaban a esta actividad no tenían protocolos sanitarios ni de bioseguridad para faenar a los animales. El lugar tampoco estaba adaptado para este propósito, ni tenían los implementos necesarios para esta práctica.
León y otros habitantes del sector vieron cómo los agentes sacaron una llama sin cabeza envuelta en plástico. Asimismo se percataron cuando otro ejemplar de la misma especie, con el cuello cortado por la mitad y todavía agonizante, era subido a la parte trasera de un camión.
Según el informe de la Agencia Metropolitana de Control (AMC), en el interior del camal ‘falseta’ encontraron, además de los animales muertos, dos llamas, dos ovejas y una cabra vivas, que fueron llevadas hasta el Camal Metropolitano del sur de la ciudad.
La entidad colocó sellos de clausura en las entradas a la propiedad, porque no tenía las licencias para este tipo de actividad económica.
También se informó que los propietarios del inmueble clausurado deberán presentar los papeles que justifiquen que ellos son dueños de dichos animales. Caso contrario, como parte de su contravención, deberán pagar el faenamiento de los animales en un mercado que cumpla con las normas.
VECINOS 'PANIQUEADOS'
Una mujer, quien prefirió no identificarse y que vive cerca del falso camal, dijo que ubicaba a las personas como trabajadores de un mercado, pero no creyó que mataban cerca de su casa. “Nunca se escuchó nada ni se olió nada”, dijo. Las autoridades y otros moradores presumen que faenaban a los animales en altas horas de la noche o por las madrugadas.
León escuchó a otros vecinos decir que la carne que salía de ese matadero improvisado era distribuida en algunas tiendas del sector y locales de comida rápida. “Mi hija comía pinchos en la esquina de esa casa. Esperemos que no le pase nada”, manifestó la mujer.
sin la supervisión ni las medidas adecuadas”.Gloria León, moradora
Sin embargo, el departamento de comunicación de la AMC dijo no tener información al respecto.
Por si fuera poco, en ese mismo lugar, según los habitantes, se distribuye licor artesanal hacia los barrios aledaños. En un inicio creyeron que el operativo era para decomisar el ‘guaro’. Sin embargo, las autoridades se encontraron con el camal clandestino. La alerta la hizo un morador al ECU-911.