Rosa Elena Lucero Sánchez no se da por vencida. A pesar de que hace seis días permanece postrada en la cama de un hospital, porque un accidente de tránsito le cercenó una de sus piernas, le ha confesado a Joel, su hermano mayor, que nada truncará su anhelo de darle un mejor porvenir a sus padres y a su hijita de 4 años.

La joven fue atropellada la tarde del pasado lunes en las calles 10 de Agosto, entre Rumichaca y Lorenzo de Garaycoa, en pleno centro de Guayaquil. Estaba parada en la esquina cuando un taxi la impactó contra un muro. Producto del golpe, perdió la extremidad inferior derecha.

Su padre Fausto Lucero Espinoza tiene claro cuáles eran los sueños de su Princesa, como suele llamar a la segunda de sus tres hijos y la única mujer.

“El deseo más grande de mi niña era irse a los Estados Unidos, en ese país viven dos de sus amigas. Ella me decía: ‘Papi, en Ecuador las cosas están difíciles, yo no quiero verlos así sufriendo porque a veces no hay dinero. Además, mi aspiración es que a la bebé no le falte nada’. Su preocupación era su niña y nosotros”, manifestó el progenitor.

Recordó que el día de la tragedia su muchacha salió a las 10:00 de su casa, ubicada en el suburbio de Guayaquil, y fue al centro porque iba a comprar ropa y una muñeca que le había prometido a su pequeñita.

Siete horas después, una amiga de Rosa Elena, de 23 años, tocó la puerta de su casa para darle la infausta noticia. “La chica llegó en una moto, estaba con otra persona y nos dijo: ‘Señor, su hija sufrió un accidente, pasó en el centro de la ciudad, se la llevaron en una ambulancia a un hospital, está grave’, desde ese momento no tenemos sosiego, son desgracias tras desgracias”, lamentó el padre de la afectada.

Susana Sánchez Sánchez, su esposa y madre de sus hijos, interrumpe el relato para aclarar que la familia atraviesa duros momentos. Reveló que ella también fue víctima de un accidente y que su madre, desde hace diez años, batalla contra una enfermedad catastrófica por la que debe someterse a quimioterapias.

“En enero de 2021 salí de mi casa para llevar a mi mamá a una consulta médica, ella tiene cáncer y cuando cruzaba la calle un auto me atropelló. Estuve cinco días hospitalizada. Por el fuerte impacto ahora no escucho ni veo bien”, confiesa, mientras sus manos sostienen los zapatos que su hija llevaba puesto el día del accidente y con los que solía salir a trotar todas las mañanas.

La señora contó que Elenita, como también la llama de cariño, es madre soltera y que se gana el sustento diario como comerciante de ropa y cosméticos.

“Su estado de salud es delicado, perdió mucha sangre, le hicieron una transfusión y es posible que la sometan a otra cirugía para evitar una gangrena, pero aun así le repite a su hermano ‘Dile a mis padres que estén tranquilos, que yo salgo de esta y que cuando lo haga voy a seguir trabajando, pondremos algún negocio’, mi hija es luchadora, jamás se da por vencida”, aseveró la madre.