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Una joven abraza a Chewbacca mostrándole su afecto.Christian Vinueza

Un perro del tamaño de un pony y un Labrador se pasean por la terminal aérea de Guayaquil

Dos canes son los nuevos colaboradores del aeropuerto de Guayaquil para asistencia emocional. La administración incluyó la canoterapia en el servicio al cliente

El pago de Lizzie y Chewbacca por ‘trabajar’ en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, en Guayaquil, serán muchos besos, abrazos y fotos. Y ellos, una labrador de ocho meses y un terranova de un año, los aceptan con todo el gusto del mundo. ¡Son unas ternuras!

Paseando por toda la terminal aérea, Chewie (como le dicen de cariño) y Lizzie olfatean el edificio que probablemente desde el mes de julio será su lugar de labores. Lo primero que salta a la mente es que se trata de perros policías, pero no. Ambos son animales de compañía y de asistencia emocional.

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Los dos canes, que se roban miradas y piropos mientras caminan a lo largo de la zona de embarque nacional e internacional, son parte de un plan piloto de Tagsa para brindar apoyo psicológico a los visitantes de la terminal aérea. Así lo comentó a EXTRA Helen González, supervisora de servicio al cliente de la institución.

Ella cuenta que la idea de incluir a los peluditos en su nómina nace de una necesidad de alivio a los pasajeros y usuarios frente a momentos difíciles (separaciones de familias, lutos familiares, etc.). “Notamos que los animales llaman mucho la atención y queríamos implementar esta idea, que tal vez hay en aeropuertos de Europa, pero ninguno en Latinoamérica, y nos aliamos con Canoterapia Ecuador”.

Dorian Vega y Fabiola Jiménez son parte de Canoterapia Ecuador, organización que educa, entrena y cuida a animales de compañía que cumplirán funciones de asistencia psicológica a humanos.

“Aunque parezca mentira, ellos son capaces de hacer terapia sin que la gente se dé cuenta. Por ejemplo, el equipo está compuesto del psicólogo (Dorian), una veterinaria etóloga (Fabiola) y una veterinaria tanatóloga. Se observa quién podría estar pasando por una crisis emocional y solo con caminar con el perro junto a esta persona, él o ella se olvida por un segundo de su problema.

En el área de salidas nacionales, los canes no pasan desapercibidos.Christian Vinueza

Ahí intervenimos y empezamos a hacer preguntas para aliviar la carga emocional. Es así de sencillo”, explica Dorian, quien acompaña a Chewie y Lizzie en sus horas del plan piloto (del 10 al 22 de junio).

Helen, ‘babeando’ por el guapo Chewie, dice que las encuestas a quienes visitaron el aeropuerto en las dos semanas de la prueba arrojaron resultados favorables y que ahora solo restan las reuniones con los directivos para mejorar la experiencia de los clientes. “Sería un sueño para nosotros tenerlos por todos lados paseando”, afirma.

Cuando Lizzie entre en celo, otro can la reemplazaría. De igual manera sucederá si Chewie se enferma.

Y es que los canes ingresan a todas las áreas del aeropuerto, incluso a las restringidas solo para los viajeros. Si detectan que alguien los necesita en la zona de migración, ahí estarán y podrían acompañarlo hasta la zona de embarque.

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“La semana pasada estuvimos en la zona de deportación, donde no cualquiera entra, y al estar en contacto con personas cargadas de emociones negativas, nos acercamos. Lo triste es que ellos pensaban que los perros los estaban oliendo para detectar droga, pero solo querían acompañarlos”, relata Fabiola mirando tiernamente a Lizzie, que juguetea con los niños y adultos que se le acercan.

En el chaleco rojo se lee el cargo de Chewbacca: perro de terapia.Christian Vinueza

La tarde del viernes 21, los perritos (porque aún son cachorros, a pesar de que su tamaño diga lo contrario) fueron los más fotografiados. No había persona que estuviera cerca y que avance sin fijar su mirada sobre ellos.

Al consultar sobre si los canes necesitarían su espacio, Dorian explica que para eso se encuentra Fabiola, cuya especialización es el comportamiento canino. “Ellos van a demostrar que están un poco hostigados o que necesitan hacer sus necesidades y se los lleva al aire libre un rato, pero solo se les da agua, porque para ellos sus premios son las caricias”.

Si alguno piensa que por su tamaño y gran mandíbula podrían llegar a ser agresivos, Fabiola y Dorian lo desmienten. “Así los pisen, ellos no reaccionarán. Lo único que hacen es levantarse e irse, pero no atacar, por todo el entrenamiento que tienen”, asevera la etóloga, quien además es catedrática. Y hay un detalle más: el chaleco (rojo con letras blancas) no es solo un adorno.

Dorian, quien además es tutor de Chewbacca, cuenta a EXTRA que el perro entiende que cuando lo ‘visten’ con aquella prenda, sabe que está trabajando, por lo que sabe que debe comportarse a la altura. “Lo pueden encontrar fuera sin su chaleco y él es otro perro (risas)”, dice.

2 horas dura su jornada en la prueba. Ellos también salen a descansar.

Pero Fabiola hace una acotación sobre el chaleco de Lizzie y es que “ella todavía debe ganárselo” por su entrenamiento.

Aunque los días de prueba ya finalizaron para ambos canes, las emociones equilibradas son las que quedan de ellos. “No hay cómo no apreciarlos. Son hermosos”, dijo uno de los usuarios.

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