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Stefanía dejó de inhalar heroína durante el primer mes de gestación de su segundo hijo, de menos de un mes de nacido.Gerardo Menoscal / EXTRA

"¡Pensaba que mi hija se me iba a salir!"

El drama de las madres consumidoras de drogas. Los hijos de mujeres con tal condición pueden nacer con problemas de salud

Que su hija no la haya reconocido al verla luego de más de cinco meses fue algo desmotivador para Daniela. Ese rechazo la hizo ‘aterrizar’ a la realidad: su adicción a la heroína la alejaba de su pequeña.

La joven, de 22 años, lleva internada seis meses en una clínica de rehabilitación, en el Guasmo sur de Guayaquil. Su niña, de un año y 11 meses de edad, fue su motivación para dejar atrás el vicio. Consumir aquella droga, popularmente conocida como H, la llevó a vivir un embarazo al límite.

“Inhalé hasta los cinco meses de gestación. No tenía ganas de comer, todo lo que ingería lo vomitaba. Me puse flaquita, recién a los siete meses tuve apetito y ya se me notó la barriga”, cuenta.

Daniela consume heroína desde los 18 años. Está internada en un centro de tratamiento.Amelia Andrade / EXTRA

En sus primeros meses de ‘pipona’, Daniela se encerraba en el baño para que no la vieran consumir la droga. Y el feto reaccionaba a ese estímulo.

“Cuando inhalaba la niña se movía y cuando no lo hacía ni la sentía. Pensaba que estaba muerta. Iba a hacerme atender y me decían que ella estaba bien. Mi miedo era que si dejaba de consumir ella se me venga”, relata.

Decidió entonces pedirle ayuda a su madre, de quien se había alejado para vivir en la casa de sus suegros. La mujer la llevó entonces a la maternidad del Guasmo y allí la trataron adecuadamente el resto del embarazo. Ella puso de su parte y dejó a un lado la H.

Daniela dio a luz el 25 de octubre de 2018. Al poco tiempo recayó en su viejo hábito adquirido a los 18 y su primogénita sintió los efectos. “Cuando consumía mi hija estaba bien, pero cuando dejaba de hacerlo le daba fiebre, lloraba y se desesperaba. Solo cuando le daba el seno se tranquilizaba”, recuerda.

A los dos meses de nacida, su hija tenía un peso menor al ideal para esa etapa. En ese punto empezó a ser tratada médicamente y después era alimentada con leche de fórmula.

¿Qué provoca la H?

El doctor Gustavo Montero, quien atiende a las usuarias de la clínica donde se encuentra Daniela, menciona que las chicas suelen seguir ingiriendo drogas, incluso en el embarazo, por temor al síndrome de abstinencia, un padecimiento físico ocasionado cuando se ‘corta’ el consumo. Esto trae consecuencias a la criatura (ver infografía).

“Los niños cuando nacen, por lo general, lo hacen igualmente con el síndrome de abstinencia. Tienen los mismos síntomas: malestar, angustia, taquicardia, muchos de ellos dificultad para respirar, porque les falta la droga”, asegura Montero.

El recién nacido debe pasar por un proceso de entre dos a tres meses de depuración. “Si la chica ha terminado su embarazo consumiendo, obviamente esa leche está cargada de heroína. Entonces le dan al menor un suplemento vitamínico”, recalca.

Los muchachos que nacen con este problema tienen bajo peso, porque las madres no se alimentaban bien. No desarrollan bien los pulmones, por ello son los problemas respiratorios.

En tanto, Julieta Sagnay, médico psiquiatra y experta en tratamiento de adicciones, indica que los niños también podrían presentar problemas psicomotrices.

Las primeras 12 semanas de gestación son cruciales porque se forma el feto. Si la embarazada toma medicina inapropiada podría ocasionarle deformidades al neonato, dice Sagnay. Por eso es necesario que las gestantes sean atendidas en un hospital.

El cambio

Daniela empezó a tener problemas con su pareja y terminaron separándose. Él y su familia se quedaron al cuidado de la menor y la joven fue a vivir con una tía, aunque también dormía en otro lado.

A inicios de este año su madre la convenció de ingresar a un centro para adictos. Una vez internada no vio a su hija sino hasta su cumpleaños, el 15 de mayo, pero no todo fue alegría. “No me reconocía, lloró cuando la cogí. Fue mi culpa porque la dejé solita, pero me propuse ganarme de nuevo el amor de mi hija”, comenta.

Daniela está emocionada porque en estos días está por culminar su tratamiento y podrá volver a casa. Quiere terminar el colegio y aprender belleza.

La semana entrante Daniela posiblemente culmine su internamiento en la clínica donde está asilada.Amelia Andrade / EXTRA

Paró todo a tiempo

Stefanía tiene 26 años. Es madre de una pequeña de 11 y un niño de 19 días de nacido. Desde los 18 consumía heroína, pero ahora lleva nueve meses en recuperación.

“Me recuperé sin medicamentos, no recibí una desintoxicación”, enfatiza. Al mes de gestación, cuando se enteró de que sería mamá, dejó de consumir H.

Su adicción inició a los 15, cuando estudiaba en la noche. En esa misma época tuvo su primer parto. El padre de la menor también inhalaba la misma droga.

Después se alejó de él, pero ella seguía en la misma práctica. Por temporadas vivió con su mamá y en otros lugares. En esas andanzas conoció al padre de su último retoño, quien ahora está preso.

“Mi mamá me fue a ver donde vivía con él, me trajo a la casa y me encadenó. No sabía que estaba embarazada”, cita Stefanía.

La madre de Stefanía la impulsó a que se rehabilite de su adicción hace nueve meses.Gerardo Menoscal / EXTRA

Su madre la llevó a un hospital por un fuerte dolor abdominal y ahí se enteró de que esperaba otro vástago. Luego empezó a recibir atención gratuita en una brigada municipal.

Tomó vitaminas y dejó de consumir, pero le dio diarrea y dolor de huesos por 15 días. “Me sentía mal porque a uno la abstinencia le da desesperación, no podía levantarme de la cama”, detalla.

El tiempo transcurrió y ahora que carga a su hijo en brazos siente que todo valió la pena. Su pequeño nació con bajo peso, pero no presentó otra complicación. Eso la hace sentir aliviada.

Voy a seguir así porque me he demostrado que sí puedo estar sin consumir. Mi hijo es el varón que quería, por él y por mi hija decidí dejar todo”, expresa.