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Las celebraciones se suelen extender hasta el 21 de marzo.EXTRA

Un Pawkar Raymi desde casa

La festividad más importante de la comunidad indígena, este año, se vive de forma distinta. Atrás quedaron los recorridos de casa en casa. Hoy, los participantes comparten los banquetes en familia.

Una colorida fiesta con música, abundante comida y chicha es el recuerdo que Blanca Chancoso tiene del Pawkar Raymi. Una ceremonia andina, cuyos preparativos inician en enero y culminan el 21 de marzo con la llegada del Año Nuevo Indígena.

Aunque estos ritos coinciden con el carnaval del calendario gregoriano, según la expresidenta de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador, para las comunidades indígenas es mucho más que eso. Incluso existen lugares en la Sierra -los puntos más cercanos al Sol- en los que los juegos e intercambio de productos de la Pachamama se extienden hasta el 7 de marzo.

Todo esto sirve como una preparación para el equinoccio, el 21 de ese mes. Aquella fecha, cerca del mediodía, el sol se coloca recto en un punto en el que no genera sombra. “Es algo parecido a la llegada de la primavera, cuando la naturaleza empieza a llenarse de frutos, a renacer”, describe Chancoso.

Para ella, se trata de una época de agradecimiento a la tierra por acoger y alimentar a las personas. “Es como la celebración del último mes del año. Un tiempo de florecimiento del grano tierno”, manifiesta.

En las comunidades indígenas del país se preparan grandes banquetes que se intercambian entre las familias. También se juega con agua, flores y huevos. “Se lo hace con respeto. Entre padrinos y ahijados o con las personas mayores”, agrega.

Cañar, Bolívar y Chimborazo son los puntos más fuertes de la celebración del Pawkar Raymi, sin embargo, la fiesta se extiende hasta Imbabura y Carchi, incluso llega hasta las ciudades al sur de Colombia.

La pandemia lo cambió

En las comunidades se realizaban actividades culturales y artísticas. Este año casi no hubo festejos.EXTRA

Las multitudinarias pambamesas, los pregones y los eventos musicales, al menos, por este año quedaron suspendidas debido al coronavirus. Aunque a medida de lo posible, la comunidad indígena ha tratado de que el Pawkar Raymi no quede desapercibido han sido pocas las actividades que se han realizado en el país.

A Carlos Tagua, presidente de la Conferencia del Movimiento Indígena de Chimborazo, le entristece ver algunos puntos de la serranía ecuatoriana en los que parece que “el festejo no hubiera pasado por allí” y aunque entiende que la crisis sanitaria ha transformado la celebración, espera que en los próximos años se puedan retomar los ritos.

Algo que sí resalta es que la pandemia ha unido a las familias en esta festividad, ya que evitar las aglomeraciones ha permitido a la gente compartir con los suyos y quedarse en casa. “Para la comunidad indígena, el Pawkar Raymi es más importante que la Navidad. Antes la gente regresaba del exterior para los festejos, incluso se conocían en los carnavales y se casaban, pero la situación actual no lo ha permitido”, describe.

En comunidades más pequeñas, y siguiendo con las medidas de bioseguridad, la fiesta se ha mantenido.

Incumplimientos  en eventos
​En Imbabura, la celebración del Pawkar Raymi incluye varios eventos artísticos y deportivos. Pese a la crisis sanitaria, hubo espectáculos multitudinarios que fueron sancionados por incumplir con las normativas vigentes como evitar las aglomeraciones, las medidas de bioseguridad, el distanciamiento social y el uso de mascarilla.