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Tungurahua ya reflejan pérdidas de al menos 130 millones de dólares en estos ocho días.yadira illescas

Paro nacional: Las aves se mueren en avícolas

En Tungurahua ya reflejan pérdidas de al menos 130 millones de dólares en estos ocho días.

“Si el paro se agrava unas 20 mil familias que laboran en las avícolas en los sectores rurales se quedarían sin trabajo. Las aves ya comienzan a morirse por falta de comida”, expresó Javier Corrales, presidente general de la Unión de Productores de Huevos.

Este sector esperan que con el nuevo decreto del estado de excepción en el que está incluido Tungurahua, esperan que las autoridades se tomen medidas urgentes para abrir las vías y así pasen los camiones con maíz y soya en especial.

De su parte el gobernador de Tungurahua, Fernando Gavilanes, expresó que coordinarán corredores humanitarios para que ingresen los alimentos y se atiendan a todos los sectores productivos.

De igual manera diferentes grupos sociales, barriales y empresarios se unieron para una marcha por la paz, en rechazo a la paralización que comanda la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y que en Tungurahua ya reflejan pérdidas de al menos 130 millones de dólares en estos ocho días de manifestaciones, indicó Fernando Callejas, presidente de la Cámara de Producción de Tungurahua.

A la marcha acudieron alrededor de 3 mil personas. Se congregaron desde las 16:00 del lunes 20 de junio. Todos iban vestidos de blanco y pidiendo a gritos “queremos trabajar”. De su parte el expresidente del Consorcio de Cámaras Diego Mosquera, mencionó que el país no debe paralizarse. “Al parecer esto se volció cíclico y la gente piensa que ya por costumbre debe paralizarse al país para tener ciertas conquistas. Hay que protestar pero se debe tener forma, una de ellas es entregando proyectos al Gobierno pidiendo cosas pero que sean viables y que beneficien a la comunidad, no cerrando vías y destruyendo los bienes públicos y privados”, expresó Mosquera.

En la marcha, que recorrió desde la avenida Cevallos y todas las calles céntricas de Ambato, acudieron familias completas, hasta con sus mascotas entre ellos Tobías, un cachorro que portó también una bandera blanca. De igual manera Zenaida Meza y su esposo Mario Bernal, salieron en sus sillas de ruedas para pedir por una paz urgente que necesita Tungurahua y el país.

Mientras la gente marchaba, personas que apoyan a la manifestación indígena empezaron a agredir de manera verbal; e incluso afueras de la Casa de la Cultura cerraron el paso en la calle Bolívar con cuadros de los expositores para impedir que por ahí transiten quienes no apoyan a la movilización violenta.