Gabriela Oyasa quería viajar a Estados Unidos para reunir dinero y construir unos cuartos en donde pudiera vivir junto a sus cuatro hijos y tres nietos.

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Quería dejar de arrendar un departamento en el sur de Quito y darle un mejor futuro a su familia. Sin embargo, sus anhelos se truncaron el viernes 29 de septiembre cuando murió en un accidente de tránsito.

Sus parientes, desde Ecuador, hacen lo posible para repatriar su cadáver y darle cristiana sepultura.

LA DESGRACIA

La ecuatoriana, de 36 años, fue retenida con otros 11 ciudadanos de diferentes naciones latinoamericanas en el aeropuerto de Mexicali, una ciudad mexicana en la frontera con Estados Unidos.

Según el medio internacional Telemundo, los migrantes fueron subidos a una furgoneta del Instituto Nacional de Migración (Inami). Durante el viaje, al parecer, el conductor del vehículo irrespetó la luz roja de un semáforo y se impactó contra un bus.

Tras el siniestro, las víctimas fueron llevados a una casa de salud, donde murieron Oyasa y un colombiano. Los demás todavía se encuentran recuperándose de sus heridas.

María Quishpe, madre de la compatriota fallecida, contó que se enteraron del hecho el lunes 2 de octubre, porque un funcionario del consulado de México se contactó con un teléfono que Oyasa tenía escrito en un papel dentro de su pantalón. Este le pertenecía a un allegado que vive en la ‘Yoni’.

Quishpe comentó que solo le informaron que su hija estaba muerta, pero que no se sabía a dónde llevaron su cadáver. “Solo quiero velar el cuerpo de mi hija”, mencionó.

El martes 3 de octubre fueron al Ministerio de Relaciones Exteriores para que les ayudaran con asesoramiento para la repatriación del cuerpo, pero no obtuvieron respuesta.

Por eso, la mañana del viernes 6 de octubre, los parientes de la víctima fueron con carteles para realizar un plantón en los exteriores de la entidad, para solicitar una visa humanitaria y que algún pariente pueda viajar para traer el cuerpo de Oyasa.

INVESTIGACIÓN

El funcionario Felipe Barriga habló con ellos y les indicó que cuando un ecuatoriano fallece en otro país, el proceso de repatriación del cadáver puede durar hasta 15 días. Sin embargo, en este caso puede demorar incluso meses, porque hubo un accidente de tránsito, el cual debe ser investigado.

Además, Barriga señaló que habría una responsabilidad por parte del Estado mexicano, ya que los migrantes estaban en una furgoneta del Inami cuando ocurrió el accidente.

Luego de que se realicen las indagaciones y se determinen las culpabilidades, desde Ecuador se hará un estudio socioeconómico de la familia para conocer si tiene los suficientes recursos para traer los restos. Caso contrario, el Estado ecuatoriano se encargaría de ese trámite.

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