Para Paolo, sus cantaditas y bailecitos son su mayor ilusión. El niño, de 10 años, desborda alegría y entusiasmo al interpretar un tema musical. Quiere ser cantante. La fama que inesperadamente tuvo en redes sociales le cerró una puerta y le abrió otra para cumplir ese sueño.

Desde el 25 de mayo, el niño afroecuatoriano ha tenido días cargados de sorpresas. En esa fecha asistió con su madre a un evento político en el coliseo Voltaire Paladines Polo, en Guayaquil. Durante esa actividad se dejó llevar por la emoción. Lo filmaron y el video se difundió, causando ternura.

Paolo estaba sentado en una silla del recinto. Se distraía con una bandera guayaquileña que cargaba en las manos. Por los parlantes anunciaron la presentación de El Tita, artista urbano ecuatoriano, haciendo saltar del asiento al chico.

“Y si te vuelvo a ver, te juro por Dios que me mato. Quisiera que me parta un rayo...”, cantaba el vocalista en un tema. El chiquillo lo coreó con el alma. Se movía inspirado, como si esa letra tuviera que ver con su propia historia.

Pasaron las horas y la grabación del momento se volvió viral. En casa estaban sorprendidos. “La gente del barrio fue a decirme que mi hijo era famoso”, cuenta su madre. Viven en la Isla Trinitaria, populosa zona de la urbe porteña, donde rápido se corrió la voz del video.

La familia estaba contenta. Se sentían orgullosos de oír tantas cosas bonitas del simpático momento de su niño.

DE LO BUENO A LO MALO

Unos dos días después todo cambió. A Paolo se lo volvió a ver en videos por redes sociales, pero no se trataba de nada bueno. Se lo veía tomando cerveza con su primo, de 12 años, en Las Malvinas. Podía escucharse la voz del sujeto que filma, celebrándoles esa acción.

Hoy su progenitora sale al paso para defender al menor de sus cuatro hijos. Y a desmentir cosas que la gente especuló. “Le hicieron un daño. En el barrio habían dicho que no tenía mamá ni papá y que vivía en la calle”, dice indignada.

Cuenta que el niño se fue donde su pariente sin que ella sepa. Tampoco tiene la certeza de cuándo fue. Pero ella y su esposo conversaron con él. No le pegaron, más bien le recalcaron que eso está mal.

ENCUENTRO EMOTIVO

A pesar de la negativa filmación, a Paolo volvió a pasarle algo bueno. Pudo conocer a El Tita, su cantante favorito. Fue por medio de Anthony Jara, amigo de la familia y también del músico. Él coordinó el encuentro en su gimnasio.

El intérprete también lo aconsejó y hasta improvisó una parte de su canción con el pequeño.

Al chico lo motivó el acontecimiento. Alimentó nuevamente el deseo de ser artista. Si le preguntan por sus metas expresa, firme y convencido, que quiere alcanzar el éxito para comprarse un carro y una casa para los suyos.

Sus padres lo apoyan y le piden que no deje de estudiar. Este año termina la escuela. Intenta abrirse paso en un entorno conflictivo, con las necesidades de todo hogar pobre, como tantos niños y jóvenes.

ASISTENCIA Y SEGUIMIENTO 

Agentes policiales se acercaron al sector para hablar con la familia de Paolo. Dialogaron con sus padres para saber cómo se encuentra y bajo qué circunstancias ocurrió el incidente del video en el que salió con la bebida alcohólica.

La mamá comenta que una psicóloga habló con ellos y con el niño. La especialista se mantiene en comunicación con el entorno familiar.

Además, Anthony Jara está apoyando al chico económicamente, según le sea posible. Su hijo y Paolo se han vuelto y amigos y el adulto los lleva a comer o al cine.