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Una mujer lleva un ventilador para el cuarto del HTMC donde está su paciente.Miguel Canales/ EXTRA

Pacientes del hospital del IESS se ahogan del calor

Quienes pueden conseguir algo de dinero, mandan a reparar aire acondicionado de los cuartos. A otros apenas les alcanza para llevar un ventilador; los que no, aunque sea se soplan con cartones o periódicos

Las puertas abiertas de los cuartos exponen ante todos quienes pasan por el extenso y transitado corredor del hospital Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) la intimidad de pacientes y familiares. Pero esa es la forma en que ellos tratan de que ingrese algo de aire fresco a esos espacios. Es eso o morirse de calor.

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Otra opción sería abrir las ventanas, aunque con la alta temperatura y humedad que en estos días sofoca a la ciudad, lo que ingresa suele ser un aire caliente y, en la tarde y noche, los mosquitos. O la más común: soplarse con abanicos, pedazos de cartones o periódicos.

A la crónica queja de los afiliados y jubilados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) por la falta de insumos y medicinas en dicho hospital, se agrega la del deterioro de las áreas de reposo de las personas internadas, en especial de los equipos de aire acondicionado que alguna vez funcionaron.

Ahora, ante la necesaria climatización de las habitaciones, los pacientes y sus allegados se ven obligados también a hacerse cargo de la ventilación.

Así lo confirma Javier López, afiliado de 55 años que sufre de fuertes dolores en piernas y espalda por un problema en la columna que lo obliga a estar en reposo. Él ha estado internado recientemente en dos periodos de seis y ocho días, mientras le realizaban los exámenes previos para una cirugía que los médicos han calificado de indispensable y urgente, pero cuya fecha depende “de que haya quirófano”.

López relata que él debió llevar su propio ventilador porque la mezcla de dolor y calor no lo dejaba descansar. Para su fortuna, otro paciente que llegó al mismo cuarto decidió reparar por su cuenta y con su dinero el ‘split’, el equipo acondicionador de aire que era solo parte del paisaje de esa habitación.

Hasta las duchas se llevan

Por correo electrónico y por mensaje de teléfono, este Diario consultó al respecto a las autoridades actuales del hospital a través de sus encargados de Comunicación. Estos ofrecieron responder “lo más pronto posible”, pero hasta el cierre de esta edición eso no se concretaba.

La consulta incluía las quejas de los pacientes sobre la situación de las habitaciones, salas de espera y algunos baños. En todo caso, la situación no es general, pues hay zonas de la casa de salud donde funciona el aire acondicionado central, lo que se percibe en los pasillos, y unas cuantas habitaciones climatizadas.

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“Realmente no esperaba ver esa situación de desatención de la infraestructura. Hay baños de los que se han llevado hasta las duchas y se nota que no hay una supervisión real de la limpieza de los cuartos”, dice.

Comunicador de profesión, López dice que conocía y comprobó la ausencia de medicamentos e insumos para la atención de los pacientes en las unidades médicas del IESS. De hecho, también tuvo que comprar una caja de parches para el dolor, aunque dice que fue poco comparado con otros pacientes.

Algunos pacientes aseguran que falta una buena supervisiónMiguel Canales / EXTRA

Uno de ellos, que pide omitir su nombre por temor a posibles represalias, dice que en los días que lleva internado ha gastado unos 100 dólares. Y que para la cirugía que le deben realizar, le pidieron adquirir otros fármacos e insumos médicos que le costaron otros 200 dólares.

“Para internarme en el hospital y poder operarme hice un préstamo de 1.000 dólares. Ya llevo gastados 300. Yo me pongo a pensar qué pasará con la gente que no tiene los recursos”, reflexiona el paciente, padre de familia de tres hijos, dos de ellos todavía menores de edad.

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