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Ojo con las 'avionas' del 'cuerpeo' en Guayaquil
En la urbe porteña, ‘gallos bellos’ denuncian robos de supuestas trabajadoras sexuales en sus viviendas
La farra que dos ‘panas’ pretendían tener con una trabajadora sexual resultó ‘turra’. Ella incumplió el tiempo acordado. Además, terminó llevándoseles objetos de colección. Es decir, a la morocha, los dejó ‘pateados’...
Uno de los afectados contó a EXTRA detalles de esa noche, que acabó en frustración a pesar de haber 'cuerpeo'.
Uno de los usuarios se quedó solo en casa por unos días y se reunió con un amigo para pegarse unos tragos.
“Fuimos a La Atarazana (norte de Guayaquil), dimos vueltas y nos gustó una ‘pelada’. La llamamos, trepó al carro, hablamos y quedamos en darle 100 dólares por dos horas (de sexo)”, cuenta.
Llegaron al domicilio a las 22:00. La ‘vacilada’ se fue encendiendo. Tomaron unas cervezas y ella propuso quedarse toda la madrugada con ellos por 250 dólares.
Tuvo sexo con cada uno, disfrutaron de la música y ‘bielas’. Así pasaron tres horas.
Pero en un momento ella les dijo que se había terminado el tiempo y tenía que retirarse. Eso provocó una discusión, pues el trato era que permaneciera hasta el amanecer. Durante el ‘pito’, en un descuido, salió a tomar un taxi y se marchó.
Los supuestos perjudicados quisieron seguirla, pero luego desistieron. Al retornar al inmueble notaron que faltaban unos muñecos de edición limitada de historietas.
“Conversé de eso con otro amigo del trabajo y a él le sucedió algo parecido. Vio la foto de la chica y dijo que fue la misma. Él la citó a un hotel y en un rato en que fue a orinar, ella salió corriendo con su billetera”, refiere el afectado.
De su infortunada historia se enteraron otros ‘panas’. Ellos mencionaron saber de otros casos; unos cinco más. Todos tienen dos coincidencias: las chicas insisten en irse antes de lo previsto y en ese relajo salen ‘sopladas’, sustrayendo, según ellos, algo de valor o dinero.
TAMBIÉN USAN SUSTANCIAS
Un agente de la Policía Nacional, quien investigó casos similares y pidió la reserva de su nombre, indica que, en ocasiones, las presuntas sexoservidoras actúan peor. Ponen sustancias a las bebidas para que las víctimas pierdan el conocimiento y robarles.
En 2021, dice el agente, en el Puerto Principal se detuvo a una venezolana que se sustrajo algunos celulares y bolsos bajo una modalidad parecida.
Estas andanzas delictivas no pasan solo en Guayaquil. En Quito, el año pasado, cuatro chicas fueron detenidas por esta razón, menciona el uniformado. Ellas, una vez que los ciudadanos estaban aturdidos, llamaban a sus parejas para que vayan a ‘pelar’ las viviendas.
Estos hechos no suelen ser denunciados, pues las víctimas sienten vergüenza. Esto dificulta identificar a más implicadas, menciona el policía.
Agrega que, como prevención, quienes busquen estos servicios lo hagan en centros de diversión nocturna autorizados, en vez de hacerlo en la calle, con el riesgo de que el ‘cuerpeo’ sea en sus hogares.
ALERTAN SOBRE SOSPECHOSAS
Lourdes Toscano, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales 20 de Abril, reconoce que existen personas que se escudan bajo este oficio para cometer delitos. Por eso el gremio tiene contacto con policías para avisarles cuando notan algo sospechoso.
Con este cruce de información, hace cuatro años se pudo detener a mujeres que se ubicaban en las calles Lorenzo de Garaycoa y Víctor Manuel Rendón, centro porteño, a esperar clientes para ofrecerles sus servicios, pero en realidad eran ‘dulces sueños’.
La idea es dejar al descubierto a las que andan en pillerías, dice Toscano.