Un hombre fue baleado la tarde del jueves 17 de febrero en el bloque 7 del populoso barrio El Fortín, noroeste de Guayaquil. Maikol Segura Valencia, de 25 años, falleció al pie de su hijastro, un niño de dos años.

El sujeto recibió ocho impactos de bala después de haberle comprado un helado al pequeño y mientras lo mecía en un columpio, justo al pie de una zanja.

Agentes policiales aclararon que los victimarios habrían llegado en una moto negra para dispararle. Luego huyeron por un puente que se ubica al lado de la ‘poza’, donde cayó el cuerpo de Segura.

Carlos Argüello, conocido de la víctima, contó que la madre había fallecido años atrás y al padre, quien vive en Esmeraldas, todavía no le habían comunicado porque fue “imposible comunicarse con él”.

En el sitio se encontraban dos sobrinas del individuo quienes cuidaban del hijastro hasta que su madre, la esposa de Segura, llegara al lugar. La mujer, quien se desempeña como guardia de seguridad en el Hospital de Monte Sinaí, arribó una hora después. Ella, al llegar, corrió hacia su hijo gritando y lamentándose por la muerte de su compañero.

Esta lloraba desconsoladamente y trató de acercarse al cuerpo; sin embargo, agentes policiales no se lo permitieron. En cambio, el niño solo decía “papá helado pum pum” al recordar lo que había sucedido.

El mayor Gino Erazo, jefe de apoyo operativo del distrito Nueva Prosperina, explicó que probablemente se trataría de una muerte selectiva. Además, incluyó que Maikol Segura contaba con antecedentes penales por tenencia de arma de fuego y tráfico de sustancias sujetas a fiscalización.