Para el operativo desplegado desde las 06:00 de este sábado 12 de agosto, en el Centro de Privación de Libertad Zonal 8 de Guayaquil, en el que también se ejecutó el traslado de tres reclusos considerados de alto riesgo: José Adolfo Macías Villamar, Tomás Daniel Piguave Candelario y Freddy Mendoza, se contó con 4.000 uniformados, entre policías y militares.

Te invitamos a leer: Fernando Villavicencio: "Contrataron sicarios colombianos porque lo querían muerto, son más efectivos", afirma experto

Casi el mismo número de personas (poco más de 4.500) son las que guardan prisión en este centro de reclusión, situado en el kilómetro 17 de la vía a Daule, que cuenta con cuatro pabellones, donde los presos están distribuidos de acuerdo a su nivel peligrosidad.

Una fuente del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) explicó que esta cárcel cuenta con dos pabellones de máxima seguridad. Una es la especial, que es donde están los privados de libertad considerados más peligrosos y con las sentencias más altas, y era ahí donde estaba Fito, y la otra es el área de máxima normal, que es donde ubican a los que tienen sentencia por asesinato.

“Al área de mediana seguridad envían a los reclusos que presentan un nivel medio de riesgo. La de mínima, que es donde están los que han cumplido una sentencia del 60 por ciento o que tienen condenas bajas, y el área de atención prioritaria, que es que para quienes presentan enfermedades catastróficas, los adultos mayores, personas con discapacidad y los que pertenecen a la comunidad de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI)”, afirmó.

Macías Villamar, alias Fito, presunto cabecilla de la organización criminal Los Choneros; Piguave, alias Gordo Candela o Candelario, y Mendoza, conocido como el Gordo Mendoza, estos dos integrantes de Los Águilas, antes de ser reubicados en la cárcel de máxima seguridad, La Roca, situada en el mismo complejo carcelario y en donde solo un reo guardaba prisión, fueron sacados al patio, allí se los requisó, al igual que a los demás internos, y luego de dos horas los condujeron a la prisión donde se encuentran desde las 10:00 de ayer.

Dicha fuente del SNAI también manifestó que la última intervención que se realizó en esta cárcel fue en el 2019 y que allí también hubo la intención de reubicar a Macías. “Hubo resistencia por parte de Fito, no se lo pudo sacar de esta cárcel”, agregó. Para el operativo dentro del centro penitenciario también se utilizaron drones y tanquetas. A las 11:00, varios electrodomésticos y artículos prohibidos, retirados de los pabellones, fueron presentados a los medios de comunicación.

Entre los electrodomésticos había refrigeradoras, congeladores, cocinas, tanques de gas, antenas de televisión pagada, televisores, parlantes, botellas de alcohol, cuyos valores en el mercado local superan los 300 dólares. Además de animales como perros y tortugas. Todos los artículos y las mascotas fueron retirados en al menos cuatro camiones.

A través de un comunicado, emitido por las Fuerzas Armadas, se conoció que tanto militares como policías concentraron su accionar en el control de armas, municiones, explosivos y artículos no autorizados en el interior de las celdas, así como en la reubicación de los tres privados de libertad, solicitud que había sido hecha por funcionarios del SNAI.

En el documento también indica que durante la intervención se decomisaron 3.401 gramos de marihuana, 937 gramos de cocaína, 147 municiones de diferentes calibres, 195 juegos pirotécnicos y electrodomésticos.

En su cuenta de Twitter, el SNAI solo informó que el operativo desarrollado en el centro carcelario es en cumplimiento del Decreto Ejecutivo 823 y que el objetivo era intervenir los pabellones de mínima, mediana y máxima seguridad. “Este trabajo articulado del Estado reafirma el compromiso del mantener la gobernanza penitenciaria”. (AEB)

Efrén Guerrero Salgado, especialista en seguridad y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), señala que el operativo y traslado de los tres reos de alta peligrosidad es un gesto simbólico del Gobierno para demostrar que a pesar de que está terminado su mandato tiene el control del espacio carcelario.

“Por otro lado, es práctico en temas de política de seguridad el traslado a los reos de mayor peligrosidad, ya que podría asegurar la protección al ciudadano. Pero hay que pensar qué va a suceder en adelante, deberá haber un control más amplio, ya que podría haber consecuencias”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!