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Niño asesinado en Sucumbíos: su familia no ha vuelto a sonreír.
El padre le contó a EXTRA los duros momentos que ha pasado tras ver cómo apuñalaron a su hijo de 3 años. El acusado sigue detenido.
La familia Tubay Cusme sepultó su felicidad junto con uno de sus pequeños integrantes, quien fue asesinado de dos puñaladas dentro de su casa en Puerto El Carmen, cantón Putumayo, en Sucumbíos.
Y luego de un mes con 14 días del suceso, Mauricio Tubay, padre del infante, decidió hablar con EXTRA del suplicio que ha vivido. “Soy guardia de seguridad y cada salida de mi casa es en completa tristeza. Lo mismo cuando regreso del trabajo”.
Tubay atestiguó el momento del crimen de su retoño de 3 años. Era la mañana del 26 de diciembre de 2022 cuando la familia estaba en casa. El pequeño Érick jugaba y corrió por un instante hacia la sala.
“En ese momento escuché los gritos de un hombre y cuando salí a ver, se trataba del vecino que vivía al frente de mi casa con un cuchillo en su mano”, detalló el padre del niño. Sin mediar en razones, el tipo, identificado como Antonio Beltrán, de 22 años, lo apuñaló dos veces y corrió.
Tubay se quedó helado cuando vio que su hijo cayó agonizante al piso. “Los vecinos me ayudaron a trasladarlo al centro médico de Puerto El Carmen mientras otras personas buscaron al causante”, contó.
Sin explicación
Pero allá no se podía hacer nada y lo llevaron a un hospital de Lago Agrio. Durante dos días estuvo internado, pero tampoco se pudo salvarlo y lo trasladaron a Quito, al hospital Baca Ortiz, pero los esfuerzos fueron en vano porque el niño murió.
“Desde ese momento, de nuestra casa se fue la felicidad”, contó Tubay, quien no sabe lo que motivó a Beltrán a cometer esa atrocidad.
El padre de la víctima dijo que la detención del implicado fue inmediata y lo procesaron, antes del deceso de Érick por el delito de tentativa de asesinato. Sin embargo, recién el 27 de enero de este año, la Fiscalía decidió llevar a cabo la audiencia de reformulación de cargos en contra de Beltrán, proceso que para Tubay debió hacerse de inmediato.
“La mañana del 7 de febrero se iba a realizar la reconstrucción de los hechos, pero nos dejaron plantados. Estuvimos esperando por horas y ni siquiera nos llamaron las autoridades para decirnos que se había suspendido”, reclamó el progenitor de Érick.
Con ese antecedente, la familia se siente burlada por la justicia y amenaza con hacer plantones para que haya celeridad en el proceso. Por ahora, el único consuelo que tienen es que entre ellos se apoyan.
“Un psicólogo de la escuela donde estudian mis otros tres hijos nos está ayudando. Pero hemos vivido con miedo después de todo lo que ha pasado”, finalizó.