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El cuerpo de Bermeo quedó bocabajo, en la entrada de la vivienda.extra

Naranjito: ¡Esperó la muerte ‘chupando’!

Al parecer, estaba metido en el negocio de la droga. Lo habían amenazado

Kléver Fernando Bermeo Zhangallinday le habría dicho a su madre María Zhangallinday: “Voy a seguir tomando (licor) porque hoy me matan”. Una hora después lo ‘quebraron’.

La mujer no prestó atención a las palabras de su hijo, pues pensó que se trataba de una broma o que su comportamiento era como consecuencia de la ingesta desmedida de alcohol. Sin embargo, cerca de las 23:11 del lunes pasado, la condena se cumplió.

Varios sujetos llegaron en una moto, de color negro con rojo, hasta la casa de Bermeo, quien era conocido como El Cantinero. Le descargaron una ráfaga de disparos. Los impactos, según la revisión preliminar de las autoridades, fueron en la cabeza y en el pecho.

Tras el crimen, los sicarios huyeron, dejando al hombre, de 38 años, bocabajo al ingreso de su vivienda, situada en las avenidas Augusto Ayala y Jaime Ortíz, de la ciudadela Xavier Marcos, cantón Naranjito.

Los moradores se alarmaron al escuchar las detonaciones y llamaron a los policías. La escena fue acordonada y durante el levantamiento de información, Criminalística identificó 7 indicios balísticos: seis casquillos y una bala. El cuerpo tenía seis orificios.

Cira Patricia Domínguez Romero les dijo a los agentes que hace dos años aproximadamente inició una relación sentimental con El Cantinero y que siempre supo que estaba en el negocio de la droga. También contó que Bermeo le había dicho que en los últimos días había recibido amenazas de muerte, pero sin precisar mayores detalles.

Con esa información, más la revisión de las cámaras de seguridad de los alrededores de la escena del crimen, los investigadores buscan a los sicarios y así establecer las verdaderas motivaciones del suceso.

El Cantinero no registraba antecedentes penales, pero sí un proceso judicial, en 2019, por ataque y resistencia. (ML)