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Espinoza aclara que para que la vacuna evite contagios y tenga un 95% de protección debe ser suministrada con sus dos dosis.Tomada de Freepik

Mutaciones de COVID-19 pueden afectar las vacunas

Miembro de la mesa de Salud del COE lamenta que en el país no haya un sistema que monitoree estos cambios, que sí existen en otros países

No hay que alarmarse, pero sí estar alertas. Así resume Washington Alemán, de la mesa técnica de Salud del Comité de Operaciones de Emergencias (COE) de Guayaquil, los resultados del Centro de Investigaciones de la Universidad Espíritu Santo (UEES), respecto a nuevas variantes del SARS-CoV-2, o coronavirus, encontradas en nuestro país.

Según estos estudios, la nueva variante británica del virus no solo se halló en un paciente de Los Ríos, sino que dos pacientes de Guayaquil registraron una mutación, compartida entre las variantes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.

Sin embargo, Alemán reitera que las variantes son comunes en los tipos de virus como el de la COVID-19 o de la gripe, que permanentemente están mutando, por eso hay personas que tienen que vacunarse año a año para esta última.

Lo que sí es preocupante, insiste, es que a este tipo de investigaciones y resultados no se les dé continuidad con un programa o sistema de vigilancia genómica, que sirve para determinar cómo funcionan y se comportan dichas variantes.

“Desgraciadamente en el país no tenemos un sistema de vigilancia de nada. Un país mínimamente desarrollado debería tener este programa, que permanentemente debería estar haciendo búsqueda de variantes para irlo relacionando con el comportamiento de la epidemia”, detalla. Esto debe liderarlo el Ministerio de Salud Pública (MSP), reitera.

Precisó en que esto es indispensable porque, por ejemplo, se puede determinar qué impacto pueden tener estas variantes o mutaciones en las vacunas. “Es necesario vigilar las mutaciones, porque puede que una de estas afecte la eficacia de las dosis. Si es así, la industria farmacéutica tendría que cambiar la estructura de la vacuna”, alerta.

El proceso

Fernando Espinoza, director de investigación de la UEES, concuerda con Alemán en que es necesario este proceso de vigilancia. De hecho, adelantó a EXTRA que ya se reunieron con el MSP y otras instituciones para que lleven a cargo este programa.

“Identificamos la importancia de secuenciar. Hay que estar atentos, porque cuando se identifica esta variante se puede armar cercos epidemiológicos más fuertes. A través de esta secuenciación podemos enterarnos de cómo el virus se va expandiendo en el mundo”, explica.

Enumera que, de acuerdo a las muestras que tomaron hace 15 días hay virus de las “variantes africana, suiza, europea, Norteamérica y también otra de Inglaterra que no es la que contagia más. Significa que están entrando nuevas mutaciones, a pesar de las pruebas de PCR”, menciona Espinoza.

Por ello es tan importante dar seguimiento a los casos, añade, porque ahora “no sabemos si este virus está en Guayaquil, en Loja, Quito, en Cuenca, en Manta... porque no estamos secuenciando”.

Espinoza insiste en que, por esto, también es indispensable que se vacune en el menor tiempo posible a la población, para que así se eviten nuevos cambios en el virus. Aclara que aún hay peligro de contagio en un 48 por ciento en aquellas personas que recibieron la primera dosis.

“Todo lo que se está haciendo es con fondos propios, hago un llamado a que más organizaciones se sumen a esta investigación”, dice.