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Por llevarse unas fundas de detergente, sujeto se ganó media hora de puñetazos
Madre e hija, dueñas de una tienda del suburbio de Guayaquil, cogieron a un ‘choro’ y le dieron ‘la del zorro’. Él lloraba y pedía perdón. La ‘pípol’ hacía barra, grababa y lo amenazó
En el interior de una tienda de abarrotes de la Portete, entre la 19 y la 20, suburbio de Guayaquil, estaban Johana Sánchez, sus dos hijos, su cuñada y su madre, Yolanda, quien se aprestaba a saborear un cake por su cumpleaños número 58.
Como de costumbre, Johana se sentó en un banco plástico, en el ingreso de su negocio. Desde allí ‘pela la pepa’ y vigila que ningún ‘sabido’ se lleve los productos que ofrece en una mesa, en la parte delantera del local.
Como hay un parasol sobre el puesto que ofrece artículos de higiene, Johana, de 35 años, suele pasar desapercibida.
Si alguien viene caminando de la calle 20 hacia la 19, esa sombrilla la camufla, lo que le sirvió a la treintañera para sorprender a un ‘mano fina’ que se estaba guardando fundas de detergente en una mochila.
“Desde donde yo estaba, solo se le veían los pies al tipo. Me levanté y observé que se llevaba las fundas. Él pensó que nadie lo vio. Lo seguí y le dije: ‘Devuélveme lo que te llevas’. Estábamos a unos 20 pasos de distancia. Si él corría, yo también. Le insistía en que me devuelva el producto. Me botó una funda, salió corriendo y viró en la esquina de la 20”.
Johana se sacó las chancletas y voló tras de él. Para su suerte, un vecino empezó a gritar: “Cójanlo, cójanlo”.
La tendera lo alcanzó y se transformó en ‘Puñetere’: se ‘lo sonó’ solita por más de media hora, directo a la cara. Le pegó más que Chito Vera a Sandhagen en la última pelea de la UFC.
SUS 'MECHAS' AYUDARON
Como el sujeto tenía el cabello largo, con una mano le agarraba las ‘mechas’ y con la otra le daba su ‘tate quieto’.
Después llegó Yolanda con un palo y aunque era su ‘cumple’, ella fue quien le dio un ‘regalito’ al individuo, quien lloraba, pedía perdón y juraba nunca más volverlo a hacer.
Para que el ‘mano larga’ no ‘se la saque’, un carro le cerró el paso. Pero el hombre trataba de meterse debajo del vehículo para detener la ‘paloterapia’ que recibía.
Los vecinos lo rodearon, filmaban y gritaban: “Dale duro, pégale. ¿Para qué robas?”. “Pillo robándole a unas mujeres y ellas defendiéndose. Una mujer te dio duro”, se escucha en un video que registró la ‘puñetiza’.
“Hasta una señora que grababa le dio su patada. La gente se indignó. Mi mamá le dio más fuerte cuando vio que él me había aruñado el brazo izquierdo”, contó Johana.
“Es la primera vez que me enfrento a un ladrón, es que me dio coraje, pues una trabaja dignamente, se endeuda por el negocio y se sacrifica por las hijas, para que venga alguien a llevarse las cosas”.
UNO DE LOS CAMARÓGRAFOS
Ernesto Alvarado, de 43 años, caminaba por la Portete, cerca de la 20. Vio correr a Johana Sánchez, su vecina, y salió detrás de ella.
“Saqué mi teléfono y dije: ‘Vamos a grabarle’. Es que esa es la tendencia. Aquí yo soy el camarógrafo, el ebanista, el ayudante del barrio”, dice entre risas.
Él afirma que le dieron un claro mensaje al individuo: si regresa lo queman. “Lo haremos como en la Sierra”.
Ernesto dice que los ‘choros’ se hacen los enfermos o discapacitados para sustraerse las cosas de las diversas tiendas y locales del sector.
Yolanda cuenta que todos los días hay robos en la zona, allí es al ‘arranchón’. Es más, en un local de venta de colchones, un individuo se le llevó unas almohadas al propietario del establecimiento. Sin darse cuenta se las llevó, al disimulo, por eso la 'pípol' de las calles Portete entre la 19 y la 20 andan... ¡once!