A Irma Arce supuestamente le iban a comprar unas funditas de marihuana, pero terminaron acribillándola en una esquina de Carapungo, en el norte de la ciudad. El hecho sangriento sucedió la noche del viernes.

El mayor Édgar Enríquez, jefe de operaciones del Distrito Calderón, informó que la mujer, de 40 años, al parecer se dedicaba a la venta de estupefacientes y habría estado en su casa cuando la llamaron para comprarle ‘alguito’.

Ella salió a la intersección de las calles Galo Plaza Lasso e Isidro Ayora en la que un sujeto la esperaba. Este le habría llevado a unos pocos metros, donde hay poca iluminación y estaba parqueado un vehículo con dos ocupantes para hacer la transacción.

Sin embargo, cuando Arce se acercó a la ventana del copiloto, desde el interior le propinaron varios disparos en el rostro y el pecho. Los sospechosos huyeron. “Se maneja la hipótesis de que la mataron por una disputa de territorio”, dijo Enríquez.

Una vendedora de tabacos que presenció el crimen alertó a los vecinos y llamaron al ECU-911. Hasta ese momento la víctima todavía respiraba. Agonizaba. Un paramédico del Cuerpo de Bomberos llegó al lugar, pero Arce ya no tenía signos vitales.

Personal de la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) y Criminalística levantaron evidencias en la zona y encontraron cerca del cuerpo de la mujer algunas envolturas con marihuana. Además, el mayor Iván Naranjo, jefe de la Dinased, explicó que la víctima habría recibido seis impactos de bala. “El que le llegó al pecho fue el que causó su deceso”, confirmó.

Luego de que se llevaran el cuerpo a la morgue, los familiares de Arce prendieron velas amarillas y blancas y las colocaron en el lugar donde murió.

Naranjo añadió que la mujer tenía seis antecedentes penales por tráfico y tenencia de estupefacientes y otra por hurto. Hasta el cierre de esta edición no se acercaban familiares a la morgue para retirar su cadáver.

Quieren el control del norte

El mayor Édgar Enríquez presume que este tipo de crímenes no se trata por pugnas de poder entre familias, sino entre bandas.

El oficial recordó que hace meses un joven fue baleado en una mecánica, en Llano Grande, porque al parecer tenía problemas con un grupo organizado dedicado al expendio de droga.

Enríquez presume que hay una disputa por el territorio entre dos grandes mafias que quieren controlar el norte de la capital. “Podría haber más muertes porque los amigos de la mujer querrán vengarse”.