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Mujer fue secuestrada y violada durante 9 años, en Puerto Quito
El sospechoso es su padrastro, quien la habría embarazado tres veces. No la encadenaba, pero sí retenía a los hijos cuando ella salía para que no denunciara y siempre tuviera un motivo para volver.
Cuando la policía entró a la casa donde vivía María, ella sonrió porque supo que el suplicio había terminado... La joven, de 24 años, estuvo secuestrada durante nueve años supuestamente por su padrastro, Pedro, quien en ese tiempo habría abusado de ella y embarazado tres veces.
Este caso, que parece sacado de una película de suspenso, ocurrió en el recinto Achiote, situado a las afueras del cantón Puerto Quito, noroccidente de Pichincha.
El sujeto fue detenido la noche del 12 de enero. Pero no solo él. También su esposa y madre de la víctima, Juana, ya que, al parecer, según la Fiscalía, ella conocía de los abusos en contra de María.
Las investigaciones se iniciaron hace poco más de un mes, luego de que un pariente de María denunció el hecho. Con la información recabada, se armó el operativo con varios miembros de la Policía Judicial (PJ) y de la Unidad Antisecuestros (Unase).
Cuando llegaron a la casa, cerca de las 20:00 del lunes, la situación parecía normal. Allí estaban Pedro, Juana y los dos hijos que ambos habían procreado. Cerca, María cuidaba a sus tres niños, fruto de las violaciones que sufría desde que había cumplido 15 años.
Óscar Quelal, mayor de Policía del sector, contó que la joven era amenazada constantemente para que no denunciara lo que vivía. Para el secuestro, Pedro no usaba cadenas, pero sí a los tres menores. El oficial explicó que cuando María salía, los niños eran retenidos, lo que obligaba a la víctima a siempre volver. Y callar.
No sabían nada
Los dos procesados fueron llevados al cuartel local de la policía y permanecían allí esperando la audiencia por el delito de secuestro y violación. Afuera estaban cinco familiares de Pedro, entre ellos sus dos hijos. Todos tenían los ojos rojos. De vez en cuando conversaban para romper el silencio. Luego de unos segundos, volvían a fijar la mirada en el piso o en la calle.
La madre dijo:“A mí nunca me gustó meterme en la vida de mi hijo. Por eso ni preguntaba cómo le iba con su pareja”. Y se puso a llorar.
Lamentaba que su único varón, dedicado a la construcción de piscinas para peces, pueda purgar una condena en la cárcel. Para consolarla se acercó la hermana de Pedro, aún sorprendida de las cosas de las que se enteraba.
Ella recordó que su hermano hizo bautizar a los niños y cuando necesitaban ir al subcentro de salud, él los llevaba. Sin embargo, la parienta del detenido no sabía quién era el padre de los muchachos.
“Incluso la última Navidad y Fin de Año pasaron juntos. No sé de cuándo a acá ella dice que estuvo secuestrada, si podía salir a donde quisiera”, aseveró la ñaña de Pedro.
Antes del mediodía, los trámites para instalar la audiencia seguían haciéndose. María fue llevada a donde un médico para que la revisara. Los niños estaban resguardados por la policía. Al tiempo, Pedro y Juana fueron esposados y llevados a la Fiscalía a rendir su versión.
Los nombres de los implicados fueron cambiados para proteger la identidad de los menores de edad involucrados, tal como reza el Código de la Niñez y Adolescencia.