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La mujer que estaría detrás del doble crimen en una barbería de Quito
La pareja de una de las víctimas mortales estaría implicada en el crimen. Moradores y Policía aseguran que en estos locales se cometen delitos
La policía busca a una trabajadora sexual, quien estaría implicada en el doble crimen ocurrido la noche del sábado 22 de junio, en el interior de una barbería de la Ciudadela Ibarra, en el sur de Quito.
Las investigaciones señalan a la mujer como pareja de José Carballo, de nacionalidad venezolana, quien fue una de las víctimas mortales y se desempeñaba como barbero.
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Según el mayor Manuel Yánez, jefe de coordinación operacional del Distrito Quitumbe, la noche de la tragedia, un sujeto habría entrado a la peluquería para preguntar cuánto le costaría que le rebajen la barba.
El individuo salió del local y a los dos minutos ingresó de nuevo. Sacó un arma de fuego y disparó ‘a lo loco’. Carballo murió en el acto y el cliente que se estaba ‘peluqueando’ con él, quien tenía 21 años y era estudiante de Medicina.
Otro peluquero venezolano resultó gravemente herido y actualmente se recupera en una casa de salud.
Investigación del doble crimen en Quito
Miembros de la Unidad de Muertes Violentas y de Criminalística llegaron al sitio para levantar indicios y ubicar al responsable del doble crimen.
Revisaron el celular de Carballo y en este encontraron varias conversaciones en las que el extranjero recibía amenazas.
Luego de hablar con testigos del hecho, determinaron que la persona que le enviaba las intimidaciones sería su novia, quien trabaja en un night club del sur de la ciudad.
Los agentes realizaron un operativo para capturar a la sexoservidora, pero no la encontraron en el establecimiento.
Sin embargo, corroboraron que dos días antes del hecho violento un sujeto habría ido a la peluquería a amenazarlo de muerte. Este habría sido enviado por la pareja de Carballo.
¿Problema de drogas en el barrio?
El mayor Yánez explicó que las personas que trabajan en algunas barberías de Quitumbe estarían relacionadas con el expendio de estupefacientes.
Esto lo corrobora el morador Carlos Masapanta, quien comentaba indignado que la venta de droga se ha apoderado del sector. Él indica que algunos locales como las peluquerías son utilizados como fachadas para vender la sustancia ilegal.
“Antes se podía andar tranquilamente por la noche. Ahora, todos los locales cierran a las 19:00. Es un peligro”.
La peluquería fue clausurada el año pasado porque no tenía permisos y porque los vecinos denunciaban que había pleitos cada semana.
En la zona donde ocurrió el hecho sangriento existen cerca de 10 peluquerías. Los vecinos piden a las autoridades que se realicen más controles a estos establecimientos.
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