Lo que parecía una muerte segura para una pareja de esposos capturada por un grupo de hombres armados en Lago Agrio, Sucumbíos, tuvo un final inesperado...

El caso sucedió la noche del 29 de enero, en el barrio Jardines del Sur 1, cercano al sitio donde hubo una masacre (cuatro víctimas) seis días antes.

Una mujer y su marido estaban dentro de su casa cuando, a las 22:00, un vehículo color vino llegó y se parqueó afuera del inmueble, contó una pariente de ambos a los agentes que investigaron.

La allegada les dijo que de ese auto se bajaron cuatro sujetos que vestían ropa negra, chalecos de Policía y estaban encapuchados. Lo que más terror les causó fue que los sujetos cargaban fusiles.

Los hombres entraron al domicilio y agredieron a la pareja. Al tiempo, los hijos de las víctimas fueron encerrados en los cuartos.

Un ‘secuestro’ extraño

Los allegados contaron que escucharon dos disparos y, cuando salieron a ver, se percataron de que la mujer tenía una herida en una pierna. Los encapuchados se la llevaron junto con su marido hasta el vehículo en el que habían llegado. Ahí también los golpearon.

Los habitantes salieron de sus casas cuando todo se había calmado mientras la familia de los afectados llamaba a la Policía. Desde ese momento se hablaba de un secuestro, pero los agentes no recibieron ningún tipo de información de los captores para liberar a la pareja, informó Víctor Herrera, comandante de la Subzona 1.

“Se activaron los equipos de Dinased, Policía Judicial (PJ) y de la Unidad Antisecuestros (Unase). Sin embargo, dentro de las 24 horas de flagrancia, ningún familiar puso la denuncia por este hecho”.

Los datos de la pareja se difundieron y miembros del control policial que está en Baeza, en Napo, pudieron encontrarlos, a las 22:00 del domingo.

La mujer y su esposo estaban subidos en un bus que se dirigía hacia Quito, a las 15:00 de ese día, pero ninguno tenía alguna herida visible como lo habían relatado los parientes.

Vinculados a delitos

La manera en la que los esposos aparecieron ha levantado las sospechas de los investigadores. Según Herrera, no hay hipótesis claras, pero suponen que la pareja estaba realizando actividades fuera de la ley. “Eso pudo causar que fueran abordados por estas personas (los cuatro tipos armados) para meterles presión de alguna manera”, precisó el oficial.

El comandante de la subzona indicó que los dos están con protección y vigilancia mientras se realizan las investigaciones para dar con los implicados. Pese a la situación, ninguno de los secuestrados tiene antecedentes penales.