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Mujer fue asesinada dentro de su trabajo en Quito
La víctima tenía una boleta de alejamiento contra el sospechoso, quien es su expareja. La policía lo tuvo al frente pero solo pidió que se marchara.
Norma Yupangui está indignada porque el femicidio de su hermana Abigaíl pudo evitarse, pero no fue así. La chica, de 28 años, fue asesinada dentro del restaurante en el que laboraba, en Solanda, sur de la capital, y el sospechoso es la expareja de la víctima, identificado como Marcelo Pilliza.
“Este tipo la siguió hasta donde trabajaba para pedirle que regresaran. Él llegó con un globo y un peluche que decía ‘Te amo’”, relató Norma afuera de la morgue de la policía, la mañana de ayer.
Eran las 15:00 del lunes. Abigaíl, quien estuvo acompañada por su novio, lo vio y de inmediato llamó a la policía. No creía que fue con buenas intenciones, ya que cuando vivían juntos supuestamente la maltrataba.
Según la pariente de la fallecida, los agentes llegaron y solamente le pidieron a Pilliza que se retirara. “Debieron meterle preso porque mi hermana tenía una boleta de alejamiento en contra de ese hombre”.
Todo calculado
El tipo se alejó al igual que el novio de la joven. Entretanto, Abigaíl volvió a trabajar en el restaurante. “El enamorado la dejó porque tenía que hacer una carrera en su taxi. Cuando pasó nuevamente por ahí, a eso de las 15:30, se dio cuenta de que el local estaba cerrado”.
La sospecha de que algo pasó fue cuando la joven no regresó a su domicilio, ubicado en Paquisha, también en el sur de Quito. Cerca de las 19:00, Norma llamó al número telefónico del dueño del restaurante y un policía contestó. “Me dijo que fuéramos a reconocer el cadáver”.
Al llegar les informaron que la muchacha recibió, al menos, tres puñaladas y el cuerpo fue encontrado por el propietario, quien fue al local al no tener noticias de la chica.
De manera preliminar, la familia supo que el implicado habría entrado al restaurante y acuchilló a su ex. Después salió y cerró el portón, dando la impresión de que en el lugar ya no estaban atendiendo.
La actuación policial
Norma detalló que la boleta que tenía Abigaíl fue porque el hombre la agredió ferozmente en el feriado de Carnaval. “Le dejó el ojo hinchado e incluso la había apuñalado. Mi hermana tuvo que suplicarle que la llevara a curarla a un centro de salud”, contó la familiar. Por eso le parece absurdo que los gendarmes no actuaron el día de la tragedia, ya que la joven todavía tenía las marcas del ataque.
María Cristina Almeida, presidenta de la Fundación Nina Warmi que apoya a mujeres en situación de violencia, conoció del caso. A su criterio, el sospechoso debió ser detenido si había una boleta en su contra. “Existen oficinas a las que les envían a los agresores y potenciales femicidas para recibir asesoría psicológica”.
Según Almeida, cuando una mujer como Abigaíl está inmersa en un círculo violento, ya no puede evitar este tipo de actos. Esto se da porque depende emocional y psicológicamente de su agresor.
“Aquí las autoridades debieron haber actuado y se pudo prevenir este femicidio”, acotó la representante de Nina Warmi. Por su parte, la policía no ha emitido ningún comentario sobre su accionar en este hecho.