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Momento en que el cuerpo de la víctima fue retirado del hospital de Calderón, norte de Quito.Cortesía

Quito: Mujer agredida por su pareja está sola y sin justicia

Mujer no resistió la paliza que le dio su pareja en La Roldós, norte de Quito. El sospechoso fue procesado por lesiones, por lo que no está detenido.

El crimen de Jéssica Martínez ha pasado tan desapercibido en La Roldós, norte de Quito, que sus vecinos ni siquiera saben de su muerte tras la golpiza que recibió. El sospechoso es su pareja, Héctor Chandy, a quien la justicia solamente le dio medidas sustitutivas. Está libre.

Segundo, padre del sospechoso, no sabía cómo se llamaba la víctima. Aún así habló a la policía cuando su hijo la agredía. “Me daba pena escuchar cómo ella le pedía que ya no le pegara” cuenta a EXTRA el hombre, de 60 años.

Los agentes enseguida detuvieron a Héctor y lo llevaron a la Unidad de Flagrancia. Entonces, un médico legista determinó que las heridas de Jéssica ameritaban de 9 a 30 días de incapacidad. Por eso, en la decisión judicial no hubo prisión preventiva para el sospechoso.

Mayra Lana, abogada especializada en género, dice que el manejo de este caso vulneró los derechos de la víctima porque no tuvo un enfoque adecuado. Sucedió “al no realizar la valoración a profundidad de las heridas”.

A su criterio, esto incurriría en que los femicidios queden en la impunidad y los agresores salgan libres. 

“Posiblemente cuando él se entere que ella falleció se fugará”, agrega.

LEJOS DE SU TIERRA

Después de valorarla, a Jéssica la llevaron al hospital de Calderón, norte de Quito, donde murió sola. La mujer, de 29 años, era de Colombia y ningún familiar está en el Ecuador.

“Los policías estuvieron con ella en el hospital el tiempo que más pudieron”, relata Jimmy Viteri, subcomandante del Distrito La Delicia. Recuerda que cuando detuvieron a Héctor, al parecer, estaba bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente. Lo mismo aparentaba Jéssica, precisa.

Segundo asegura que el implicado supuestamente consumía drogas y también alcohol. “A mí también me quiso maltratar, por eso tuve que pedir alejamiento”, comenta.

Amanda Andino, psicóloga especialista en Derechos Humanos, explica que el consumo extendido de estupefacientes hace que las personas pierdan la noción de la realidad. No les permite ver el daño que pueden causar a los demás.

“Existen casos en los que hay perforación de la corteza frontal y es la causa de trastornos mentales”, agrega.

SE HIZO 'HUMO'

A pesar de estos problemas, Segundo dice que no podía abandonar a Héctor, quien habría tenido líos similares con parejas anteriores.

El progenitor le permitió vivir en su propiedad, a donde llegaban sus ‘panas’ presuntamente a drogarse y a ‘chupar’.

“Ese día (del crimen) estaban con unos amigos celebrando, al parecer, un cumpleaños”, relata el señor. Luego del femicidio, Segundo ha visto un par de veces a Héctor cerca de la vivienda, pero hasta el momento, la pareja de Jéssica no ha sida detenida.

El cadáver de la colombiana, en cambio, no ha sido retirado de la morgue de la policía, en el occidente de la urbe. En el protocolo de autopsia se determinó cómo murió (ver infografía).

“Si la chica falleció es culpa de él. El ataque fue brutal”, lamenta el padre, quien ha intentado ayudar a su hijo sin éxito.