Quito y el país se ‘desayunaron’ una ‘muerte’, pero de la Asamblea Nacional. Con el enuncio del presidente Guillermo Lasso de disolver el Palacio Legislativo, la incertidumbre por lo que le depara al Ecuador se hizo mucho más grande en las personas que este 17 de mayo salieron normalmente a trabajar.

La tensión no solo se vivió en el viejo Congreso, centro-norte de la urbe, sino en toda la Carita de Dios. Uno de esos sitios, por ejemplo, fue en Carapungo, norte capitalino y punto conocido como uno de los más álgidos a la hora de las protestas por temas políticos.

A pesar de la decisión presidencial en este sitio no hubo ninguna convocatoria que altere la aparente tranquilidad de la gente. Aunque habitantes como Leonardo Samueza, quien se dedica al taxismo en la entrada a Carapungo, considera que pronto esto puede cambiar.

“Hay que ser claros. Este tipo de decisiones nos afectan a todos. Estamos en el ojo de todo el mundo y con esto es imposible que vengan las inversiones, por lo que la economía será la más perjudicada”, analizó Samueza.

A su criterio se unió el de Marcelo Shugulí que tiene una mecánica de motocicletas en esa zona. Consideró que la muerte cruzada puede traer movilizaciones y paralizaciones que al país le van a afectar más.

“Aquí siempre se concentran las manifestaciones y, como en junio del año pasado, tendré que cerrar. Cuando hay paros, los que vienen supuestamente a protestar nos amenazan con quemarnos los negocios”, aseveró el comerciante.

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Aspecto político

Otros ciudadanos como Paúl Conterón analizaron el trasfondo del decreto gubernamental de disolver a la Asamblea. Para él, fue una decisión acertada, está agradecido porque, según él, en el Congreso había mucha gente que solo iba a sentarse y ganar dinero ‘a vaca’, mientras la mayoría de los ecuatorianos debemos buscarnos el pan de cada día.

Conterón enfatizó y recomendó a la ciudadanía que en las próximas elecciones del Ejecutivo y del Legislativo no voten por los mismos que salieron o permanecen en el poder para no extender la crisis que vive el Ecuador.

Sixto Quilca añade que no solo se debió disolver el Parlamento Legislativo, sino que el mismo presidente Lasso debió renunciar tras anunciar el decreto. “El pueblo no lo quiere y puede provocar convulsión en las calles”.

El ciudadano enfatiza que se vive en un país democrático y no se siente representado por el actual Gobierno.

Se pronuncian desde otros países

Ante la grave situación que atraviesa Ecuador hubo pronunciamientos de gobiernos como el de Perú. A través de su Cancillería, el Estado peruano dijo que respaldaba el proceso democrático que se lleva en nuestro país.

“Se hacen votos para que las elecciones generales, que resultarán de la decisión que ha adoptado el presidente Guillermo Lasso, permitan al pueblo ecuatoriano asegurar el mantenimiento de la gobernabilidad política y la paz social”.

Mientras que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideraba que no habría inestabilidad en Ecuador ni tampoco la deseaba.

“Ojalá los hermanos ecuatorianos puedan resolver esto, así con este procedimiento, si se va a convocar a nuevas elecciones que participen todas las fuerzas políticas y no creo que haya violencia política”, afirmó.