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Moradores de El Beaterio, sur de Quito: "Vivimos con una granada bajo la cama"
Los habitantes se refieren al planta de petróleo que funciona allí. Piden la reubicación.
Los moradores de El Beaterio, sur de Quito, exigen la salida de la planta de EP Petroecuador de la zona. Temen morir ante una posible explosión. Argumentan que padecen enfermedades por gases tóxicos que inhalan. Las autoridades consideran una reubicación.
El miedo a morir ‘achicharrados’ es una constante en los habitantes de este sector.
Desde esta planta se despachan los derivados del petróleo hacia las provincias del centro-norte del país. Y, según los moradores, es difícil vivir con tranquilidad, incluso conciliar el sueño porque tienen un “peligro inminente” a pocos metros.
Para Marco Ontaneda, presidente de El Beaterio, el mayor riesgo es que se genere una explosión o incendio en el interior de la planta y esto arrase con la vida de más de un millón de habitantes.
“No podemos ni dormir, peor vivir en paz, porque tenemos una granada debajo de la cama. Es una bomba de tiempo”, lamenta.
Al parecer, este no es el único inconveniente que enfrentan los moradores. Daysi Toledo vive en esta zona y asegura que debido a las emisiones de gases tóxicos que salen de esta planta, los adultos mayores, jóvenes y niños se enferman.
Según ella, cada 15 días, desde tempranas horas, el olor a gasolina y otros elementos nocivos se dispersa en el aire. “Es terrible la pestilencia. Tengo fuertes dolores de cabeza y mi niño pasa vomitando. Este gas se filtra por los sifones de las casas y, aun dentro de ellas, nos estamos envenenando”.
La dirigencia barrial mencionó que en julio de este año envió un oficio al presidente Guillermo Lasso, quien a su vez derivó esta novedad a otras carteras de Estado.
Este Diario tuvo acceso a un documento emitido por la empresa pública Petroecuador, en el que Pablo Luna, gerente subrogante, señaló que “las autoridades competentes son quienes deben determinar la reubicación de las instalaciones. Estas decisiones no competen de manera específica a esta empresa”.
Además, aclaró que hace 40 años, cuando la planta fue construida allí, este sitio no era considerado urbano y la zona era despoblada.
A su vez, el Ministerio de Inclusión Económica y Social se pronunció mediante un oficio, indicando que después de realizar un estudio socioeconómico y valorar la situación de riesgo “considerarán la reubicación de las personas que viven en este barrio, para garantizar su bienestar”.
Actualmente, este sitio es considerado como prioritario para la generación de recursos económicos del país. Abastece con el 65 % de hidrocarburos derivados del petróleo a las poblaciones del centro y norte del Ecuador.
DAÑOS EN LAS VIVIENDAS
El flujo de vehículos pesados, principalmente de tanqueros de combustible, es frecuente. Segundo Barrera señaló que cuando estos automotores pasan cerca de las casas, estas tiemblan y, en algunas viviendas, ya se han generado cuarteaduras en las paredes.
“No solo vivimos con miedo, sino que también nos toca reparar las casas a cada rato, por las fisuras que se generan. Esta es una zona urbana. Es un peligro convivir con una estación de petróleo”, dijo el morador.