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La familia de Karla siempre hace plantones para exigir justicia por su ser querido.RENE FRAGA

Mejía: La doble tragedia de la familia Guaiga

Karla Guaigua fue asesinada supuestamente por su pareja quien está prófugo. El hijo de la víctima nació con problemas de salud

La violencia no solo habría acabado con la vida de Karla Guaigua, de 26 años, sino que también alcanzó a su bebé que este 28 de enero cumple cinco meses de nacido, tiempo que ha pasado en una sala de observación de la maternidad de Nueva Aurora, en el sur de Quito.

La criatura está internada debido a problemas en el corazón, pulmones, tráquea y estómago, cuenta Alicia Chacón, madre de la joven asesinada el pasado 7 de enero. “Esto porque mi hija lo tuvo prematuramente debido al estrés que le provocó el papá del niño durante el embarazo. Él es sospechoso de haberla matado”.

Miguel Villamarín, de 34 años y expareja de Karla, actualmente está prófugo tras confirmarse el femicidio suscitado en Tambillo, cantón Mejía.

El maltrato

El 28 de agosto de 2023 nació el hijo de Karla, quien supo de parte de los médicos que debía permanecer en observación por aquellos problemas de salud. “Se convirtió en una madre abnegada y siempre estuvo pendiente de mi nieto”, cuenta Alicia.

Al mismo tiempo, ella sufría constantes maltratos físicos y psicológicos a manos de su pareja, Miguel, con quien inició su noviazgo hace dos años.

Karla estudió en la Universidad de Cotopaxi y se graduó como licenciada en idiomas. Una compañera le ofreció una plaza de trabajo de guía turística en una empresa en Baños, Tungurahua. Cuando laboraba para otra agencia de turismo, conoció a Miguel y comenzaron una relación sentimental.

Sin embargo, a la familia de la joven no le gustaron las condiciones en las que vivía y la llevaron de regreso a Tambillo. Desde ese momento notaron algo extraño en el comportamiento del implicado. “Parece que tenía un problema de bipolaridad porque sus cambios de humor eran frecuentes”, precisa René Guaigua, padre de Karla.

Ni siquiera el nacimiento del niño fue motivo para que esa agresividad disminuyera. La familia contó que al día siguiente del alumbramiento, ellos fueron a ver ropa a la casa de Karla y una vecina les contó que Miguel habría golpeado a la chica.

Pero ese comportamiento no solo era en contra de ella, sino también contra sus suegros, como lo ocurrido en noviembre pasado, cuando la familia fue a visitar a Karla y se percataron de que su pareja la había maltratado. Al reclamarle, él les habría dicho que no se metieran en su matrimonio y amenazó con lo que después sería realidad: “voy a desaparecer a su hija para que nunca más vuelvan a saber de ella”, fue la sentencia, según la familia de la víctima.

El presunto femicidio

Pero nada de esto inmutaba a Karla, quien aseguraba que su marido la amaba y que si se separaban, la vida de él se arruinaría. “En una ocasión, ella decidió dejarlo, pero este hombre llegó y se arrodilló para que lo perdonara”, rememora Alicia. Y así lo hizo, ya que al poco tiempo volvieron, lo que dio ‘mala espina’ a sus seres queridos.

El 7 de enero, cuando el país estaba convulsionándose por una ola de hechos violentos, a la familia Guaigua se le cumpliría el mal presentimiento.

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“Fuimos a visitar a una tía y unos vecinos de mi hermana llamaron a decir que algo había pasado porque ese hombre salió desesperado a pedir ayuda”, relata Érica Guaigua, hermana de la víctima. Se pusieron en marcha para ir a la casa de Karla y se toparon con la desgracia: estaba muerta sobre su cama. Desde ese momento empezó el calvario.

Según Alicia, Miguel salió de la vivienda gritando a decirles a los vecinos que su esposa intentó matarse. “Dijo primero que se había envenenado, pero después que se ahorcó”, relata la madre de Karla.

Un grupo de moradores ingresó al inmueble e intentó ayudar a la joven, pero era demasiado tarde. En su desesperación, los parientes se contactaron con un allegado que es médico y este les dijo que ella no se había suicidado, sino que la mataron, por la forma del surco incompleto en su cuello. La familia explica que supuestamente Miguel puso de rodillas a Karla para luego ahorcarla, por la espalda, con un cordón.

Lo único que restaba era llamar a la Policía. Los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased) confirmaron que se trató de un crimen. “Cuando este sujeto escuchó eso, salió corriendo y se llevó un perrito blanco que compraron con mi hermana”, Jacqueline Guaigua, hermana mayor de la asesinada.

Miguel Villamarín fue pareja de la joven y ahora no se conoce de su paradero.RENE FRAGA

Sin rastros

A pesar de que corrieron para atraparlo, el sospechoso escapó. Luego del sepelio, los parientes de Karla se convirtieron en ‘investigadores’, pero también en cuidadores del bebé. “Logramos conseguir videos de cámaras de seguridad y se revela cómo este tipo alquiló una camioneta que lo llevó hasta la Curva de Santa Rosa (hacia el norte de Tambillo)”, dice Jacqueline.

Lo último que supieron fue que probablemente Miguel hizo su paso por El Carmen, Manabí, pero desde ahí se perdió todo rastro. “Nos preocupa que sus conocimientos como guía turístico lo ayuden a salir del país”, mencionan los familiares de Karla.

Desconocen cuánto ha avanzado la investigación porque un día después del presunto femicidio, el presidente Daniel Noboa declaró conflicto interno en el país y todos los esfuerzos policiales se enfocaron a este combate.

Por ello, la angustia es más grande, porque hasta ahora tienen resultados sobre el paradero de Miguel.

La casa en la que ocurrieron los hechos se encuentra deshabitada. En esta maternidad está internado el recién nacido con graves problemas de salud.RENE FRAGA

Nos hemos enfocado en cuidar a nuestro nietito, que se convirtió en nuestro hijo por esta tragedia”, lamenta Alicia, quien no deja de realizar plantones para exigir que este hecho no quede impune.

La voz de un testigo

Entre el grupo de moradores que entró a ayudar a Karla se encontraba ‘Juan’, quien prefirió mantener su verdadero nombre en reserva. Recuerda que aquel día él estaba en su domicilio y escuchó gritar a Miguel.

“Dijo que su esposa quiso suicidarse y fuimos a ayudar”, relata el vecino. Entraron a la casa y la hallaron en la cama. ‘Juan’ le dijo a Miguel lo que debía hacer para darle reanimación cardiopulmonar (RCP).

En ese momento les invadió la duda porque notaron que el sospechoso tenía rasguños en la cintura y uno visible en su pecho.

Miguel les pidió que llevaran a su esposa en una camioneta a alguna casa de salud, pero ‘Juan’ le confirmó que ella estaba sin vida. Cuando los familiares de Karla llegaron, ‘Juan’ se marchó a su casa. Al difundirse la noticia del crimen, este habitante se sorprendió y lamentó el suceso porque Karla era buena persona. “Ese señor también era muy saludador”, indicó.

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