Exclusivo
Actualidad

Los talleres de reparación de 'bicis' suman un medio centenar de locales de su tipo que subsisten en el Suburbio oeste de Guayaquil'jorge alvarado

De 'Elvis Presley latino' a mecánico de bicicletas

En Guayaquil quedan pocos talleres de estos vehículos tan necesarios en un mundo lleno de carros y tráfico pesado. Uno de ellos es el de Vicente Molina Quito, te contamos su historia

No quedarán buenas para correr en el Giro de Italia o en la Vuelta al Ecuador, pero las bicicletas que Vicente Molina Quito repara una y otra vez en su antiguo taller del caluroso suburbio oeste de Guayaquil, vuelven a las calles a seguir rodando como si el tiempo y el constante pedaleo no hubieran pasado por ellas.

El local de este mecánico autodidacta, llegado desde Guachapala (Azuay),  transporta al visitante a ese Guayaquil de los años 60 y 70, cuando la bicicleta ya era un popular medio de transporte y distracción que, incluso, se rentaba por unos pocos reales. Eran los tiempos en los que el que no andaba en bus, pedaleaba hacia el trabajo y el colegio, pues comprarse un carro era un verdadero lujo.

Guayaquileño de corazón como se autocalifica, Molina Quito nunca pensó que su vida estaría ligada a los llamados 'caballitos de acero'. Cuando llegó de 10 años a la tierra del manso Guayas, allá por los 60, la ciudad era muy tranquila y las 'bicis' eran un medio de transporte seguro, pues no había tantos autos ni robos como ahora. 

Los negocios o talleres de bicicletas se encuentran generalmente en los barrios periféricos de la ciudad y su funcionamiento no siempre es formal.

Al llegar a la juventud, el 'look' de Molina consistía en unos cabellos largos, camisas coloridas y pantalones campana, que le daban cierto aire de Sandro, uno de los cantantes que estaba muy de moda entonces.

"¡La gente que habla tontera!", dice con evidente enfado, cuando le recuerdan que quería imitar al 'Elvis Presley latino'. "En esa época yo ya trabajaba para ganarme la vida", dice con evidente intento de cambiar el tema.

En efecto, su primer y último trabajo antes de dedicarse a alquilar las bicis era de 'todólogo' en una empresa de venta de equipos de computación. Allí hacía de mensajero, vendedor, custodio, pero por su fuerte personalidad  e independencia, que mantiene hasta ahora, no duraría mucho en esa compañía.

"Yo no dejaba que me humillen y además nunca me ha gustado ser mandado -relata-, así que un día que fui a dejar un recado a la casa del dueño, la mujer de él me ofreció tres bicicletas que tenía arrumadas en el patio. Yo no lo pensé dos veces. Se las compré y me monté un negocito.

Así fue como con esos pocos  'caballitos de acero' empezó su nueva vida. El alquilarlos a los chicos de su barrio fue bienvenido. 

"Con los años llegué a tener hasta 60 bicicletas" recuerda con nostalgia ¿Y por qué no siguió alquilando? Lo dejó porque comenzaban a robarse estos vehículos y por la poca demanda que comenzaron a tener en el mercado, donde el carro imponía cada vez más su presencia.

Vicente Molina Quito es un mecánico que lleva más de cuadro décadas restaurando las 'bicis' de la gente del Suburbio de Guayaquil.Jorge Alvarado

Para entonces y sin darse cuenta Molina ya había adquirido mucha destreza en la reparación y mantenimiento de bicicletas, un oficio que tenía gran demanda, ya que la gente no se atrevía a intentar por sí sola, a ajustar un timón, o cambiar un pedal y prefiere llevarlas a un taller.

Así fue que comenzó a dejar atrás el alquiler para pasar exclusivamente a la mecánica.  

Deja solo para comer

Los negocios o talleres como el de Vicente Molina se encuentran generalmente en los barrios periféricos de la ciudad y su funcionamiento no siempre es en un establecimiento formal. Un pequeño zaguán o una acera son suficientes para montar estos talleres.

Si bien esta actividad le ha permitido llevar el sustento a su casa y "medio educar" a sus dos hijos, el Maestro Viche, como le dicen sus conocidos, lejos está de lograr enormes ganancias o un retiro para vivir su vejez cómodamente con el fruto de su negocio.

Lo mismo opinan otras personas que tienen estos talleres y que, según el urbanista Luis Gómez, presidente de la Confederación de Barrios del Ecuador y de la Federación cantonal, ya quedan no más de 50 en el Suburbio Oeste de Guayaquil, un territorio donde habitan casi 500.000 personas.

Las bicis y sus rutas son el futuro

Luis Gómez, arquitecto de profesión, explica que pese a que la bicicletas deben ser incluidas en la planificación y nuevo modelo de desarrollo de ciudades como Guayaquil, estas más bien han ido perdiendo terreno. Coincide con Molina en que, además del carro, que ha ido desplazando a estos vehículos a tracción, la inseguridad  campea en torno a ellos, "porque se las roban todos los días".

Gómez considera, además,  que el establecimiento de las llamadas ciclorrutas o bicirrutas es un imperativo en nuestras ciudades, porque es "una tendencia hacia la que camina el planeta".

"En la zona del suburbio oeste de Guayaquil no hay más de 50 talleres de atención de bicicletas, porque no hay todo lo que tiene que ver con promover verdaderamente la utilidad y la necesidad de esos vehículos"Luis Gómez, urbanista y dirigente barrial

El también ex dirigente del Colegio de Arquitectos del Guayas recuerda que en distintos foros internacionales se ha recomendado un cambio trascendental en temas como la movilidad, que permitan mejorar las condiciones de vida de los seres humanos. Y dentro de esos cambios, según él no deben faltar las bicicletas y los tallercitos dedicados a su reparación y mantenimiento.