Mayra Carolina Salazar Merchán, sentenciada en el caso Metástasis, ofreció disculpas públicas el viernes 10 de enero de 2025, en un acto realizado ante la Procuraduría General del Estado, un juez nacional, y el público en general. Este acto formó parte de las medidas de reparación dictadas tras aceptar su responsabilidad en un procedimiento abreviado.

Salazar admitió su rol como colaboradora dentro de una organización criminal liderada por el fallecido Leandro Norero Tigua, alias Patrón. La acusada explicó que entre mayo y octubre de 2022 operó desde la Corte Provincial del Guayas, aunque no era funcionaria judicial, sino comunicadora de la entidad. Desde allí, facilitó actos de corrupción para favorecer los intereses del grupo delictivo, incluyendo la identificación y negociación con jueces que emitieran fallos a cambio de dinero o dádivas.

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"Recibí depósitos de dinero y otros beneficios materiales, como un computador, a cambio de desviar la correcta administración de justicia a favor de la organización criminal", confesó Salazar. También detalló que estas acciones estaban orientadas a garantizar la impunidad de Norero y su círculo cercano.

En su declaración, Salazar explicó que coordinó directamente con coprocesados como Javier Novillo y Johan Marfetán para cumplir con los objetivos del grupo delictivo. Además, señaló que "por recomendación de mi primo Washington Salazar, funcionario judicial en Cotopaxi, contacté a Sofía García, quien sirvió como nexo con los jueces encargados de resolver una acción constitucional a favor de Johana Zambrano Tigua, hermana de Leandro Norero". Según ella, estas acciones estuvieron respaldadas por evidencias como fotografías, registros de chats y movimientos bancarios.

Los chats con Leandro Norero

"Los chats que mantuve con Leandro Norero a través de la aplicación Threema, bajo el alias 'Así es mejor todo', evidencian las prácticas corruptas en las que participé", admitió. Agregó que su rol incluía "negociar directamente con jueces para garantizar resoluciones favorables, todo a cambio de dinero y otros beneficios personales".

"Reconozco que estos hechos buscaban únicamente la obtención de un beneficio personal y provocaron alarma y conmoción social, además de un grave daño a la administración de justicia y a la seguridad nacional", expresó. También confesó que su participación en estas actividades "afectó profundamente a la sociedad, un perjuicio que no puedo deshacer".

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En su intervención, Salazar mostró arrepentimiento, asumiendo plena responsabilidad por sus actos. "Expreso mi compromiso de trabajar activamente para mejorar como individuo, reparar en la medida de lo posible los daños causados y garantizar que situaciones como esta no se repitan", aseguró. Además, manifestó su intención de cumplir con las demás medidas de reparación ordenadas en su sentencia.

El caso Metástasis, en Ecuador, es emblemático por su impacto en el sistema judicial, revelando redes de corrupción en las altas esferas.

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