Eran las 10:04 cuando el sonido de las balas alteró la tranquilidad de los habitantes de la urbanización Castilla, situada en el kilómetro 13 de la vía Samborondón. Fueron más de 20 tiros los que se escucharon, enseguida los gritos de auxilio acompañaban a una aterradora escena. En el piso yacían los restos de cuatro hombres, mientras que una niña, quien también fue alcanzada por los proyectiles, era socorrida por sus familiares.

Las víctimas mortales fueron identificadas como José Javier Soria Briones, de 36 años; el expolicía Estuardo David Granados Vasco (32); Joselito Fernando Cevallos Pazmiño (30), un cuarto fallecido, de quien hasta el cierre de esta edición se desconocía su identidad y la quinta víctima, una niña de un año, hija de uno de los fallecidos.

Soria Briones registraba tres antecedentes penales, dos robos y uno por estafa.

En la escena del hecho se pudo constatar que uno de los cadáveres estaba en el interior de la casa, dos afuera y un cuarto a 150 metros, sobre la calzada.

Los asesinos, quienes llegaron en un vehículo Chevrolet Tracker, color rojo, no ingresaron a la fuerza a la urbanización y tampoco forzaron las seguridades de la casa, presuntamente, los tres hombres que cometieron el hecho violento eran ‘amigos’ de las víctimas e incluso estuvieron conversando y bebiendo hasta segundos antes de que se cometa la matanza.

Luego de la arremetida, para lo cual se utilizó armas de fuego, tipo pistola, calibre 9 milímetros, los criminales salieron de la urbanización como si nada.

El coronel Francisco Zumárraga, comandante de la subzona Guayas, explicó que la muerte de la niña de un año se produjo en una casa de salud, donde fue trasladada por sus familiares con la intención de salvarle la vida.

“Las unidades investigativas y de inteligencia en conjunto con la Fiscalía se encuentran levantando la escena del delito con el objetivo de generar los datos urgentes que permita su esclarecimiento. Dentro de la casa se halló un arma de fuego”, sostuvo.

Otra fuente policial reveló que las víctimas y sus asesinos, al parecer, son miembros de una misma organización criminal, Los Lobos, y que la discusión se habría producido por un mal reparto por temas ilícitos, relacionados con el narcotráfico.

Habitantes de este sector residencial de Samborondón se mostraban alarmados por este suceso. “Es la primera vez que ocurre algo así. Escuchamos los disparos, salimos a ver y nos encontramos con este horrendo hecho. A estas personas las conocíamos de vista, tenían una actitud extraña”, manifestó una moradora.

En enero de 2022, a una cuadra de donde se registró la matanza, la Policía incautó, en una vivienda, siete toneladas de cocaína, las cuales estaban escondidas en una habitación. (AEB)