Una discusión tras una partida de billar desencadenó una violenta balacera que dejó tres personas fallecidas, en un local de entretenimiento, ubicado en el recinto El Negrito, en la vía a la Sexta, cantón Puerto Quito, noroccidente de Pichincha. Las víctimas fueron identificadas como Jordy Paúl Guerrero Santana, quien presentaba heridas de bala en la cabeza; Christian Fernando Rodríguez Farfán, con impactos en el rostro y el pecho; y Yander Steven Córdova Franco, quien fue hallado en la parte posterior del local con lesiones en la cabeza y la nuca.

Según el dueño, un hombre conocido como Chino había llegado al local cerca de las 15:00, del 7 de mayo pasado, en compañía de otro sujeto, alias Cachuflín, en un vehículo gris. Horas más tarde, alrededor de las 23:00, llegaron otras personas, incluyendo las futuras víctimas, a sumarse a la reunión.

La tensión aumentó al filo de las 03:00 del 8 de mayo cuando Chino jugó una partida de billar contra Rodríguez Farfán y perdió. Testigos aseguraron que la víctima habría amenazado a Chino con un arma de fuego que llevaba en la cintura, lo que habría desatado la ira de este último.

La matanza en Puerto Quito

Cuarenta minutos después, tres motocicletas deportivas arribaron al lugar. De cada una descendió un ocupante. Uno de ellos, según el testigo, disparó contra quienes se encontraban en el local. Posteriormente, los agresores huyeron en las mismas motocicletas, mientras que Chino abandonó el sitio en su vehículo.

Personal de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased) y la Policía Judicial llegó al sitio tras una alerta de la central de radio de Puerto Quito. En el interior del local encontraron a las tres personas sin vida.

El fiscal de turno ordenó el levantamiento de los cuerpos y su traslado al departamento de Medicina Legal de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde se realizarán las autopsias. Las autoridades investigan el hecho y hasta el momento se reportó la detención de un sujeto.

Según la información de la Policía, tanto los implicados como los fallecidos no tendrían antecedentes penales. Como evidencias, los agentes encontraron un arma de fuego junto al cadáver de uno de los asesinados. 

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