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Masacre en Solanda: Un mes después, no hay rastros de los asesinos de tres jóvenes
Los padres de una víctima sostienen que su hijo no pertenecía a ninguna banda delictiva. Uno de los atacados había sido amenazado
Un mes ha transcurrido del crimen de Jordan Maigua y el dolor que siente su madre, Alexandra Castro, cada vez es más grande. En esta fatídica fecha de recordación, el único homenaje que puede hacerle a su hijo es dar con los responsables de su muerte, quienes hasta ahora no han sido identificados.
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El joven fue tiroteado el 18 de agosto de este año junto a Daniel Vega y Joel Gómez, cuando estaban en la avenida José María Alemán y calle Simón Guerra, en Solanda, sur de Quito. Dos tipos en moto los acribillaron, hecho que fue calificado como un ajuste de cuentas entre bandas, estigma que hasta ahora persigue a la familia de Maigua.
“Mi hijo no pertenecía a ningún grupo criminal y justamente por eso quiero que se investigue a fondo todo esto. Él trabajaba y tenía planes para estudiar”, reiteró Castro.
Un chico sí fue amenazado antes de matanza en Solanda
Santiago Maigua, padre de la víctima, explicó que las pericias solo han arrojado un resultado algo positivo para la familia. Y es que a uno de los otros dos muchachos asesinados, lo habían amenazado.
El hombre no se atrevió a decir de quién se trataba, pero se confirmó que un chico recibió una llamada telefónica a la hora del almuerzo en la fecha del ataque. Esto confirmaría que Jordan fue una de las víctimas colaterales de este ataque, que habría estado direccionado.
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“Pero las pericias solamente se mantienen con esta hipótesis y no hay mayores avances”, lamentó Maigua, de pie junto a la mamá de su hijo, en el cementerio de San Diego, centro de la capital, donde fue sepultado.
Este 18 de septiembre, los padres se citaron en el camposanto para compartir su desgracia, frente a la tumba del joven, quien tenía 21 años cuando lo mataron. Una foto suya adorna la lápida.
El lamento de los padres de las víctimas
“No puedo sacarme de la cabeza el hecho de que mi hijo pudo salvarse y no hicieron nada para lograrlo”, rememoró Castro en medio de un incontrolable llanto. La noche del ataque, su hijo fue el único que sobrevivió unas cuantas horas luego de lo sucedido.
Sin embargo, la esperanza se desvaneció cuando fue internado en un hospital, donde le confirmaron que un ataque cardíaco causado por la herida de bala que recibió en el abdomen, le quitó la vida.