En menos de una semana Los Pepes han dejado un mensaje claro cargado de sangre, muerte y terror. A este grupo, del cual no se conoce figuras o líderes, se le atribuyen 11 muertes violentas en el Distrito Manta, en la provincia de Manabí. Su modus operandi se ha basado en el uso de fusiles y el despliegue de varios pistoleros para ejecutar los ataques.

La última matanza con la firma de Los Pepes tuvo lugar la noche del lunes 20 de mayo. Una cancha de vóley del barrio La Pradera 2, de Manta, fue el escenario donde tres sujetos armados sembraron terror al bajar de un carro y con armas de largo alcance dispararon a todos los que se encontraban allí.

Cuatro personas fallecidas y ocho heridas fue el saldo de este violento suceso. La Policía aún no ha identificado cuál era el blanco del ataque e incluso se presume la posibilidad de blancos inocentes en medio de estos ataques.

Richard Vaca, comandante de la Policía Nacional de la Zona 5, dijo que ninguna de las víctimas tenía antecedentes. Sin embargo, eso no descarta la participación de alguno de ellos en una actividad ilícita.

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“Hemos levantado huellas, indicios y vestigios. A través de cámaras hay una hoja de ruta investigativa y tenemos previsto que en las próximas horas haya datos sobre la organización que estaría dentro de este atentado, más allá de la misiva hallada en el sitio”, dijo.

Una vez más, en este caso un panfleto advertía sobre la denominada limpieza y un mensaje contundente contra quienes serían los enemigos declarados de Los Pepes. “Todo man que le copie a Los Choneros se muere”, se leía en aquella hoja abandonada en la escena.

Kléber Carrión, experto en seguridad y exjefe de la Unidad Nacional Antisecuestros y Extorsión (Unase), explica que Los Pepes “no son más que grupos de ‘limpieza’ auspiciados por los mismos narcotraficantes que quieren seguir, evolucionar y sostener este mensaje subliminal de que ellos están pugnando por el poder contra el Estado”.

El experto asegura que la presencia de este grupo puede considerarse una cortina de humo porque diversifica el paraguas delictivo y complica al Estado al tener más frentes y objetivos. Asimismo, desenfoca la lucha contra la delincuencia común y el narcotráfico, puesto que en este último ya aparecen grupos supuestamente con direccionamientos paramilitares con objetivos de limpieza, lo que a la larga generará un conflicto más fuerte.

“Es una locura, debería el Estado tener firmeza profunda para que neutralice estos incidentes que al final del día nos ponen a la ciudadanía de rodillas ante los grupo narcodelictivos”, dijo Carrión.

Luis Lara, exjefe de la Policía Judicial y perito en Criminología, considera que para analizar este panorama delictual se debe identificar si Los Pepes son realmente un grupo paramilitar de ‘limpieza’ o es un nombre usado por organizaciones delictivas.

“Hay que tener mucho cuidado, porque puede ser la fachada de alguna organización que busca ganar territorio causando impacto psicológico en la comunidad diciendo que son los que van a hacer limpieza y ganarse el cariño de la población y que están eliminando a los criminales”, explicó.

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