En la naturaleza, una manada de lobos es un grupo de animales de esta especie, organizados de acuerdo con una estricta jerarquía social. Asimismo funciona la estructura narcocriminal Los Lobos que, según confirmó la Policía, opera en la capital y se ha dedicado a sembrar el terror en la ciudadanía en los últimos dos años.

Por eso, los agentes de la Unidad Antinarcóticos apuntaron su mira a los ‘machos y hembras alfa’ de dicha organización y, tras siete meses de investigación, apresaron a 17 de ellos en diferentes sectores de Quito.

La última intervención se ejecutó la madrugada de ayer y detuvieron a 11 integrantes del grupo, entre venezolanos y ecuatorianos, algunos con antecedentes penales por tráfico de drogas. También había dos mujeres.

Estos, según el coronel Wilson Pabón, comandante de la capital, estarían involucrados en el triple crimen ocurrido el pasado 18 de junio en Caupicho, donde tres sujetos en moto asesinaron a otros tres hombres en un taller mecánico. El móvil habría sido el control territorial de venta de droga.

Asimismo, durante las indagaciones se determinará si los sospechosos serían los responsables de los asesinatos de los líderes de las pandillas Latin Kings y Vatos Locos, ocurridos en la tercera semana de mayo.

Nuevos delitos

La estructura social de la manada de lobos, dentro del mundo animal, les permite obtener presas con más facilidad y mayores a su tamaño. También les ayuda a maximizar el éxito reproductivo.

En el comportamiento de la organización criminal ha ocurrido algo similar. La policía conoce que la principal ‘marca’ de Los Lobos es apropiarse ‘a la brava’ de los sectores en donde clanes familiares comercializan droga. Al tener controladas estas plazas, los traficantes se habrían dedicado a perfeccionar el proceso en el tráfico de estupefacientes.

Los narcos buscaron ‘mayoristas’ en las provincias de Imbabura y Esmeraldas, de donde traen la droga a ‘minilaboratorios’ improvisados en los que procesan la ‘merca’ con otras sustancias para que las ‘dosis’ sean más rellenitas.

Al tener ‘dominado’ el microtráfico en la capital, esta organización se ha dedicado a otros delitos como el secuestro exprés, asesinato, robo de vehículos y extorsión.

Christian Moya, capitán de la Unidad de Investigación contra el Tráfico para Consumo Interno, indicó que los detenidos tenían contacto con líderes de bandas que operan desde las cárceles, a quienes pretenden ubicar para vincularlos en el mismo proceso.

El coronel Pabón no descarta que en Quito haya presencia de otras bandas criminales como Los Lobos.