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La madre soltera pide ayuda a la ciudadanía con medicamentos y ropa para sus dos hijas.Karina Defas

“Mamá te salvará”; mujer pide ayuda para su hija con microcefalia

Lava ropa y ayuda a fundir losas para reunir dinero para los medicamentos. Teme un día despertar y que la niña haya fallecido. 

Joselyn Isa tiene miedo de levantarse y ver que su hija ya no respira. A los 15 días de haber nacido, los médicos le diagnosticaron epilepsia y le dijeron a su mamá que no viviría mucho. El pasado 18 de agosto, Skarleth cumplió 4 años.

Por si fuera poco, hace dos meses le detectaron microcefalia aguda y, desde ese entonces, la madre, de 20 años, se desespera por conseguir dinero para alimentarla y darle sus medicamentos. No tiene ni para los pañales de la niña.

Es soltera y vive en Guamaní, en el sur de la capital, junto a su madre y su otra hija de dos años. A ella la deja bajo el cuidado de su mamá, mientras sale todos los días a buscar trabajo. Le urge completar 38 dólares cada 15 días para comprar los medicamentos anticonvulsivos de Skarleth, pero no le alcanza.

La joven lava ropa de los vecinos y acompaña a un amigo a fundir losa en las construcciones. Con esto suele reunir unos 15 dólares, que le alcanzan para la comida de cuatro días. Lluego vuelve el calvario.

Isa y su madre vendían frutas en las calles aledañas al mercado de Guamaní, pero por la pandemia del coronavirus los lugares donde solían hacerlo están copados por otros comerciantes.

Por eso, hasta buscar un nuevo espacio para trabajar, acudieron hasta el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) a solicitar el bono de desarrollo humano. Cada una percibe 50 dólares al mes.

Con esto pagan el arriendo de 70 dólares y el resto se distribuye para la alimentación de las cuatro mujeres al mes.

Skarleth asiste una vez al mes donde un neurólogo y dos veces al control de rutina en el hospital.

La madre vive sola con su madre y sus dos hijas.Karina Defas

No quiere que se la quiten

Hace un mes tuvo el último chequeo Skarleth. El médico que la atendió le dijo a Isa que estaba muy baja de peso para la edad que tiene y que era necesario que sea alimentada por una sonda; sin embargo, por el peligro de contagiarse con la COVID-19 no la internaron.

Aquel galeno tampoco le dio esperanza de vida a la pequeña y le dijo que si no se recuperaba podrían retirarle la custodia.

“A mí no me importa tener que cuidar toda la vida a mi hija. Lo único que quiero es que no me la quiten”. Isa regresa a ver a su pequeña y mientras le acaricia la cabecita le dice: “Mamá te salvará”.

Las personas que quieran ayudar a la madre pueden contactarse al siguiente número: 098 603 6338