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Una mafia está detrás de los robacarros que operan en Quito y alrededores
En cinco meses, en Quito hubo 493 denuncias de vehículos ‘choreados’. Los pillos venden los automotores para financiar la ejecució de otros delitos
Los ladrones de carros se han dado gusto este año... Según la Policía Judicial, desde el 1 de enero hasta el 20 de mayo de 2021 hubo 493 robos en Quito. Es decir, 101 casos más si se compara con 2020. En el mismo periodo se registraron 392.
El caso de Marisol Lombeida, dedicada a la distribución de cilindros de gas, se sumó a la cifra de los perjudicados.
Su suplicio empezó el 7 de abril de este año, cuando el conductor que le colabora fue a dejar un pedido en el Valle de los Chillos, sur de la capital. Allí, un supuesto cliente lo esperaba con un tanque. Luego, este se subió a la cabina y le pidió al chofer que lo llevara a pocas cuadras.
De pronto, el sujeto sacó un cuchillo y obligó a la víctima a que condujera hasta un lugar apartado. Allá, tres tipos lo estaban esperando.
Bajaron al chofer, lo amarraron de pies y manos y le dijeron que para devolverle el camión tendría que pagarles 5.000 dólares y huyeron. El hombre buscó ayuda, contó lo ocurrido a la dueña del vehículo y desde entonces no han logrado recuperarlo.
perjudicado
Financiar bandas
Jorge Hadathy, jefe de la Policía Judicial (PJ) del Distrito Metropolitano, dice que este delito es bastante rentable para los ladrones, ya que obtienen muchos beneficios corriendo el menor de los riesgos.
Dos moralidades de robo
El oficial explica que los ‘choros’ tienen dos modalidades para llevarse un vehículo en la capital. La primera es buscar un auto que no tiene vigilancia y la segunda –menos frecuente– es la utilizada en el caso del distribuidor de gas, es decir, con agresiones e intimidación.
“El objetivo de estas bandas es financiar otras actividades ilícitas como son el robo a personas, unidades económicas, transporte de armas, entre otros. Además, se comercializan las partes de los autos”, detalla el oficial.
Hadathy indica que se debe tener en cuenta que el incremento de este delito en la ciudad tiene que ver con el surgimiento y consolidación de mercados ilegales de venta de carros con adulteración en los seriales de identificación vehicular, estafa, extorsión...
Difícil recuperarlos
Lombeida cree que su camión ya fue vendido o está destrozado. Algo parecido piensa Elías Méndez, otro perjudicado por los ladrones de automotores.
El año pasado, su hijo salió de clases y se fue a Cumbayá, oriente de Quito, a encontrarse con unos amigos. “Al siguiente día llegó desorientado y sin el vehículo. Parece que lo habían escopolaminado”, comenta.
Pasaron los días y un sujeto llamó a Méndez para decirle que le daría pistas del paradero de su carro siempre y cuando le depositara plata.
Sin embargo, eso jamás pasó. Hizo la denuncia, pero tampoco ha obtenido algún indicio de dónde puede estar su vehículo.
Mario Pazmiño, experto en seguridad y antiguo jefe de Inteligencia del Ejército, estima que con las investigaciones solamente un 4 o 5 % de afectados lograría recuperar su vehículo. “Es muy difícil que eso suceda. Esto porque las organizaciones delictivas venden el carro, desmontan su estructura para ofrecerla en partes o se lo llevan a lugares lejanos”, finaliza.
jefe PJ