Sandra López volvió al tramo de la avenida Gonzalo Pérez Bustamante, al sur de Quito, donde encontraron el cuerpo ensangrentado de su hijo, César Gonzales. La mujer llevaba consigo un equipo de venoclisis, con el que se extrajo sangre en un doloroso acto para recordarlo, frente al lugar donde ocurrió la tragedia.

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Quería honrar la memoria de su vástago, quien murió la noche del 1 de abril de una forma extraña. Según el informe que levantó el agente de tránsito, se trató de un atropello. La autopsia reveló que Gonzales falleció por una hemorragia interna.

El golpe que le habría causado un vehículo —que todavía no ha sido identificado—, provocó que le explotaran los pulmones y el estómago. Además, tenía destruida la boca, la nariz y presentaba múltiples fracturas en el cuerpo: sus piernas terminaron rotas.

Su madre ha realizado indagaciones por su cuenta porque, según ella, las autoridades se han olvidado del caso. López ha recorrido junto a su hija gran parte de la avenida Gonzalo Pérez Bustamante. Busca un indicio que la ayude a encontrar al conductor que causó la muerte de su hijo.

La mujer ha golpeado las puertas de los hostales, restaurantes y domicilios que bordean la avenida, para que sus propietarios le ayuden con las grabaciones de las cámaras de seguridad. Sin embargo, asegura que no la quieren apoyar.

“Las personas son muy malas. Me dicen que deje de investigar y que deje todo en manos de las autoridades”.

Pero estas no le generan confianza a la madre de la víctima, porque afirma que el día de la desgracia las entidades de emergencia llegaron tarde para atender a su hijo.

Según el ECU 911, a las 20:09 del 1 de abril ingresó una llamada donde un alertante informaba que había una persona atropellada en la vía. “Inmediatamente se coordinó con la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), Bomberos y Policía Nacional”, informó la institución.

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El informe policial señala que los paramédicos llegaron a las 21:00 y confirmaron el fallecimiento del joven. López, por su parte, enfatiza que de haber llegado más rápido, habría sido posible controlaran la hemorragia interna que provocó el deceso de su hijo.

Por ese motivo, en señal de protesta y como un homenaje a la memoria de César, realizó un acto simbólico. Ella se introdujo sondas a las venas de ambos brazos y llenó con sangre la mitad de una botella de plástico de dos litros. Luego, con esa misma sangre, escribió “Justicia” en una tela y la colgó en el puente peatonal que se encuentra cerca del lugar del trágico accidente de tránsito.

César Gonzales era un hincha ‘a muerte’ de El Nacional y pertenecía a la barra Marea Roja. Sus amigos lo conocían como Kchorro. Uno de ellos es Gabriel Toapanta, quien para honrarlo pintó una leyenda en la pared que divide la avenida Gonzalo Pérez Bustamante.

Escribió: “Kchorro Titular” y lo pintó con los colores del equipo capitalino.

Toapanta también lo recuerda como una joven promesa de la música urbana. El amigo solía acompañar a Gonzales a los parques donde realizaban batallas de freestyle (improvisar rimas).

“Le gustaba escribir y solía dedicarle canciones a su madre”. De hecho, López guarda en su teléfono un video en el que su hijo le dedica una canción y en la que le pide disculpas “por todo lo malo que hice y la vida que llevé”.

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