Ha pasado tres meses y un día del deceso de Génesis Talía Jiménez Guerrero y no hay instante en que sus recuerdos no vuelvan a la mente de Janina Guerrero Herrera, su progenitora. Sus fortalezas ahora son sus nietos, pero desea que la muerte de la segunda de sus tres hijos no quede impune y que el responsable pague con cárcel.

Con sus ojos llorosos, Janina cuenta que el pasado 12 de junio quedó marcado en su memoria como el día en que la tragedia marcó la vida de la familia Jiménez Guerrero.

Génesis y su niña de 2 años estuvieron envueltas en llamas, en un hecho que al principio parecía un accidente doméstico. Sin embargo, días después las investigaciones y la versión de Jhon Jiménez, hermano de la víctima, ayudaron a establecer que la explosión fue provocada y que el presunto responsable del hecho fue Marco Antonio Mora Pérez, pareja de Génesis. Llevaban tres años de casados.

La desgracia que dejó a la joven (27) con quemaduras de segundo y tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo ocurrió en su vivienda, ubicada en la ciudadela Marianita Cuatro del cantón Daule.

Hoy, a 106 días del suceso, Janina aún clama por justicia y se cobija en el amor de sus nietos para no desmayar en su lucha. “Han sido los meses más dolorosos de mi vida. Génesis no solo era mi hija, era mi amiga, mi confidente, la persona que con su alegría me dibujaba una sonrisa. Ella ya no está y mi único anhelo es ver tras las rejas al causante de mi desdicha”, expresa la dauleña.

El domingo 12 de julio, Génesis y Marco retornaron a su hogar luego de trabajar en una peluquería de su propiedad.

“Él (Mora) y el niño llegaron antes, estaban acompañados de un señor que les iba a hacer arreglos a la vivienda. Luego llegó mi hija con la niña. Una prima me contó que venían peleando porque él había estado tomando en una fiesta que celebraban frente al negocio”, sostuvo.

Según la progenitora, su exyerno ingresó a la cocina con una caneca de alcohol industrial, diciendo que iba a preparar trago porque iba a seguir bebiendo. “Calentó la olla y llamó insistentemente a Génesis. Mi hija le decía que espere. Ella estaba en la tienda. A lo que se acercó, lanzó alcohol a la olla y a mi hija. Luego se escuchó la explosión. Mi nieta también resultó afectada porque estaba cerca de su mamá. Lo tenía premeditado”, alegó la señora de 55 años.

Jhon, su hijo mayor, fue testigo de la presunta agresión que Marco cometió en contra de Génesis, por lo que, cuando vio la explosión, se agachó, luego tomó a su sobrino de un año y lo sacó a la calle para protegerlo del fuego.

“Marco nunca la ayudó, ni intentó apagar el fuego que envolvía a mi hija. Ella estuvo envuelta en llamas y este hombre solo la contemplaba. Un tío de mi hija fue quien la metió a una cisterna para apagarla, su ropa se deshizo, ella quedó desnuda”, rememora Janina.

“Cuida de mis hijos”

Para Madeleyne Jiménez, hablar de la muerte de su hermana es una tortura. “Permaneció 13 días hospitalizada, los médicos nunca nos dieron esperanzas de vida. Cuando la trasladábamos al hospital aún estaba consciente. Me decía que no aguantaba el dolor, tomaba mi mano y me repetía: ‘Hermana, cuida de mis hijos, no los dejes con él’, luego perdió el conocimiento”.

Para ella, los problemas de la pareja surgieron por celos y porque, al parecer, Génesis habría descubierto las infidelidades de su esposo.

“Mi hermana era víctima de violencia psicológica y física. Este hombre la insultaba frente a la familia, no le importaba que estuvieran sus hijos. Le gustaba sentir que tenía el poder, que la dominaba y que nadie podía meterse”, sostuvo la allegada, quien junto con su mamá son quienes velan por la seguridad y futuro de los hijos de Génesis.