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Daniel Noboa y su abuelo Luis Noboa Naranjo.Ilustración Miguel Rodríguez

Luis Noboa Naranjo, la historia del poderoso empresario y abuelo del presidenciable Daniel

Luis Noboa Naranjo hizo de todo. Decía que no importaba 'camellar' en lo que sea porque trabajo es trabajo.

Daniel Noboa, candidato presidencial que pasó a segunda vuelta junto a la carta del correísmo, Luisa González, tiene un apellido que lo respalda, además del casi 24 por ciento de los ciudadanos que le dieron su voto. Y es que los Noboa se han caracterizado por ser gente empresaria, aunque Daniel es un personaje 'sui géneris'.

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Quizás todo eso lo heredó de su abuelo, Luis Noboa Naranjo, quien se lo conoce por ser uno de los hombres más poderosos de Ecuador en el siglo XX. El abuelito de Daniel nació en Ambato, en 1916, y a muy corta edad y huérfano se mudó a la Perla del Pacifico. Tuvo seis hijos: Luis, Isabel, María Elena, Diana, Álvaro y María Leonor. Se casó con Isabel Pontón, se divorció y se volvió a casar con Mercedes Santistevan.

Él hizo de todo en la urbe. Fue canillita, lustrabotas, vendedor de estampillas.. ¡Qué no hizo don Luis Noboa! Sin embargo, en todo lo que hacía producía dinero, aunque no veía tanta guanacia porque debía financiar las colegiaturas de sus hermanos. Pero la falta de recursos no permitió que terminara sus estudios primarios: solo llegó hasta sexto grado en el Cristóbal Colón.

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En un día común, el joven fue a vender lotería en el centro de la ciudad sin saber que su vida iba a cambiar por completo. Nada más y nada menos que le lustró los zapatos a Juan X Marcos, quien sería después su mentor en los negocios. Desde ese encuentro, Noboa Naranjo tuvo un poco más de dinero: Marcos lo empleó como conserje hasta 1933, obtuvo préstamos del Banco Sociedad General de Crédito y de una se puso una pequeña casa de cambios.

Se olvidó de las revista y de andar embarrado en betún porque luego de dos años empezó a exportar arroz, en pequeñas cantidades. No obstante, en 1941 tuvo su primer 'hit' internacional porque envió un barco lleno de arroz a Venezuela en el que ganó su primer millón de sucres.

El abuelo de Daniel Noboa tenía olfato empresarial. Y ese gusto por crecer económicamente lo lleva a conocerse con Víctor Emilio Estrada, a quien le gerenció -sin haber estudiado cosas técnicas- sus empresas sin descuidar su negocio. Solo 'camelló' ocho meses para don Estrada porque 'se abrió' camino solo, ya que aprendió de él un buen 'know how'.

Luis Noboa Naranjo es el abuelo de Daniel Noboa.Cortesía

En la década de los 50', Luis Noboa empezó a trabajar para Standard Fruit Company, más conocida como Dolé. Aquí comenzó con el negocio bananero a tal punto de que una vez envió 'harto' guineo a Europa y a varias partes del mundo. Tras 10 años de estar en este sector, que en aquel tiempo era nuevo y rentable- creó Industrial Molinera y Exportadora Bananera Noboa, empresas que hasta hoy generan millones de dólares y miles de puestos de trabajo.

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Don Noboa, según la gente que cuenta sus experiencias, era una persona que decía que no importaba trabajar en lo que sea, siempre cuando sea trabajo, porque esa es la única forma de salir adelante.

Con todo un emporio formado y de haber hecho de todo, falleció en Guayaquil en 1994, la ciudad en la que hizo un gran nombre y le dio éxito en todo lo que emprendía. Su apellido es leyenda entre empresarios mundiales hasta el día de hoy

Sus hijos, Álvaro e Isabel, han seguido el legado de su padre. Álvaro continúa con el comercio exterior de sus empresas e Isabel por el lado de los hoteles y turismo.

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Daniel, quien podría sentarse en Carondelet, tiene todo ese peso que lo respalda. Además, Noboa Azín puede lograr lo que no pudo su padre Álvaro por seis ocasiones: ganar la Presidencia de Ecuador.

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