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La detención de Ludeña fue por un accidente de tránsito. Luego se revelaron los crímenes.Cortesía

¡Un lojano se suma al ‘club’ de los asesinos seriales del Ecuador!

El sospechoso es acusado de matar a tres personas en Dayuma, Orellana. Su forma de operar era escoger a finqueros. Luego de matarlos, los enterraba.

Un lojano se buscó un lugar en la historia de los asesinos seriales que hicieron temblar al país. Fabricio Ludeña, de 34 años, es acusado de matar a tres personas en Dayuma, parroquia que pertenece a la provincia de Orellana.

Para entrar a esa lista de criminales, el sospechoso le impregnó su ‘firma’ a cada asesinato. Así se diferenció de otros matones que han ido apareciendo en el Ecuador desde los años ochenta.

En el caso de Ludeña, las víctimas compartían algo en común: eran hombres y se dedicaban a labores agrícolas. Según la Policía, el implicado les ofrecía un mejor trabajo y cuando los tenía ‘comiendo de su mano’, los mataba. Después los enterraba.

Para Alexandra Mantilla, perito y perfiladora criminal, sí se lo puede denominar como un asesino en serie por ese modus operandi que se demostró en cada muerte. “Lo particular en esto fue que su atención se centró en hombres. Se tendría que, a través de las investigaciones, saber sus motivaciones. Pero por la manera de actuar, sí se confirma una psicopatía”.

Y la notoriedad de los crímenes ha sido tal, que en Dayuma, la gente ha empezado a crear historias en torno a Ludeña. Una es que él ya estaba acostumbrado a matar y que cargaba una lista.

Ese papel tendría los nombres de 100 personas a las que debía asesinar y que 12 ya habían sido ‘sacrificadas’. Pero eso no es cierto.

Kléber Caiza, investigador de la Dinased de Orellana, explicó que en las investigaciones nunca se halló una lista de esa clase. “Es un pueblo pequeño en el que este tipo de cosas pueden aparecer como parte de la creencia popular”.

Mantilla aseguró que cuando un caso de esta naturaleza surge en lugares tranquilos como en la parroquia amazónica, los asesinatos comienzan a ganar notoriedad. “Esto es algo que los asesinos seriales pretenden: buscar fama con cada crimen”, finalizó.

Mantilla explicó que hacer una perfilación psicológica de un asesino en serie es muy complejo porque cada individuo tiene su particularidad. Lo que sí existen son diversas categorías en las que estas personas se ubican según el crimen que han cometido.

Por ejemplo, hay quienes asesinan por creencias religiosas. Están también los femicidas que, por un aspecto de género, cometen un crimen. Hay los depredadores sexuales que luego quitan la vida a sus víctimas. Y también están quienes buscan una suerte de santificación a través de los asesinatos.