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Familiares y amigos fueron a darle el último adiós a María Fernanda.Freddy Inga / EXTRA

Loja: Muere asesinada en casa de su suegro

Hombre le pegó un tiro a su pareja y luego se mató. El victimario le había prometido una tarde alegre, pero la ‘huesuda’ estuvo como su cruel invitada

La invitación estaba hecha desde muy temprano para ‘estar de buenas’ de nuevo. Pero esa amable intención aparentemente tenía otros motivos: acabar con la vida de su pareja.

El último día de carnaval, el martes 1 de marzo, Manuel Antonio Martínez Chamba llevó a María Fernanda Arévalo Abad, con quien compartía su vida sentimental, a la casa de sus padres, en el barrio Las Peñas, de la ciudad de Loja. Ella estaba feliz porque, aparentemente, pasarían una tarde “agradable”, como él se lo había prometido.

Pero, según información policial, en poco tiempo todo se trastocó cuando luego de una discusión Manuel Martínez habría tomado un arma de fuego calibre 38 y le ‘pegó’ un solo tiro en la cabeza a María Fernanda. Su cuerpo inerte cayó en el cuarto al que la había metido para cometer el femicidio.

El sujeto, al ver a su pareja sin vida, se habría disparado en la cabeza. Sin embargo, él no falleció, por lo que sus familiares que estaban en la casa de inmediato comunicaron del hecho a las autoridades. Una vez que llegó la ambulancia, el hombre fue trasladado al hospital Isidro Ayora, donde permaneció custodiado hasta su muerte, la madrugada de ayer.

Varias fotos del recuerdo se colocaron en una mesa cerca del ataúd de la occisa.Freddy Inga / EXTRA

El victimario pertenecía a la Unidad de Control Operativo de Tránsito. Según testimonios recogidos por la Dinased, presentaba problemas de alcoholismo y estaba en recuperación desde hace algunos meses, además, tenía inconvenientes con su pareja sentimental.

Efrén Puchaicela, amigo de la víctima, dijo que conocía hace algunos años a Mafer, era una mujer trabajadora y emprendedora cuyo sueño era sacar adelante a su hija de 15 años (de otro compromiso), darle una educación y que llegue a ser una profesional.

Segundo Arévalo, abuelito de María Fernanda, resaltó que su nieta era “una joven alegre, carismática y apegada a la familia”. Tenía un puesto de fotocopiado de documentos frente a la Unidad de Control Operativo de Tránsito, lugar donde conoció al hombre del que se enamoró y que finalmente le quitó la vida. 

36 años tenía la víctima. Su pareja y quien la asesinó, 32.