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Los Lobos estarían detrás del doble crimen en la Ciudadela Ibarra
Las primeras indagaciones apuntan a que los asesinatos ocurridos en este sector de Quito habrían sido por un lío dentro de la banda organizada.
Jesús Gómez terminó de reparar el hueco que se formó en uno de sus locales en la Ciudadela Ibarra, en el sur de Quito.
La noche del martes, un auto con los cuerpos agonizantes de Érick Imacaña y Jefferson Granja se impactó contra el muro de la tienda. El morador desconocía a las víctimas, pero escuchó rumores de que los habrían asesinado los integrantes de una banda organizada.
La Policía maneja el crimen como consecuencia de un lío dentro de una organización criminal. El coronel Joan Luna, comandante del Distrito Quitumbe, indicó que podría ser por la pugna de poder dentro de la estructura.
El oficial descartó el robo o el sicariato como móvil del doble asesinato porque las víctimas tenían sus pertenencias y, además, se hallaron 3.100 dólares dentro del carro baleado.
Iván Naranjo, jefe de la unidad de muertes violentas (Dinased), mencionó que Granja había salido de la prisión de Ibarra, en octubre pasado, con medidas sustitutivas.
También enfatizó que Imacaña no tenía procesos judiciales en su contra. Con estos indicios, el oficial señaló que están corroborando si ambos pertenecerían a una banda “que se dedica a actividades ilícitas en el sur de la capital”.
La autopsia reveló que Imacaña, quien conducía el carro, recibió tres impactos de bala y Granja, cinco perforaciones.
Los lobos acechan el sur
Los allegados de Granja, quienes prefirieron omitir sus nombres, contaron que él había pertenecido a la organización de Los Bambinos antes de ingresar a prisión, pero dentro de ‘cana’ se habría unido a la banda Los Lobos.
Granja, de 30 años, era conocido con el alias de Gizmo y sus restos fueron velados en un camposanto de la avenida 12 de Octubre, en el norte de la ciudad.
Por su parte, a Imacaña lo conocían como Érick Street y habría regresado hace un mes de un viaje desde Estados Unidos. El joven, de 27 años, deja a una niña en la orfandad. Su cuerpo fue velado en una casa barrial de El Girón, en el sur.
Las víctimas habrían estado bebiendo licor tres días antes del atentado. Se presume que miembros de Los Lobos habrían sido los responsables del doble crimen.