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Lluvias: En dos localidades de la Costa viven los estragos de las precipitaciones
Tanto en un barrio del cantón Salinas (Santa Elena) como en otros del cantón Playas (Guayas) cuentan los daños que enfrentan por los aguaceros
“Cuando vi que el agua arrastraba los productos de mi tienda me quise tirar al río para rescatarlos, pues era con lo que me mantenía. Los vecinos lo impidieron y ahora vivo para contar mis tristezas”, relató Aria Gardenia Obando, de 62 años, habitante del barrio Aguas Verdes, que vio cómo el río Arenas, en la madrugada del sábado 25 de febrero de 2023, con la fuerte lluvia, se llevó su casa de caña y su pequeño negocio.
La mujer vive sola, porque sus hijos están en el cantón Milagro. Pasó en casas de vecinos, que también perdieron sus enseres, pero sus viviendas están en pie.
Unas 150 familias asentadas cerca al río Arenas viven los estragos por el temporal.
En el barrio Altamira, Ángela Peñafiel, de 48 años, casi no duerme pensando que la próxima lluvia termine de derrumbar el muro de contención que hizo y se lleve la vivienda mixta donde vive desde hace 20 años.
En el barrio Enrique Torbay, Maricela Loor, de 33 años, lo perdió todo: cocina, colchones, refrigeradora y computadora que era la herramienta de estudios de sus tres hijos.
Similares dramas hay en Playas 2, Bellavista 3, San Vicente, Chacra Linda, Tiwintza, entre otros barrios del cantón Playas, en la provincia del Guayas.
“Lo principal es que drenen el río Arenas para que al menos las inundaciones sean menores”, señaló Arturo Riofrío, habitante del barrio Enrique Torbay. (NM)
Muey: Con una cancha de fango
El hedor que emana de un lago formado por las recientes lluvias en el sector San Raymundo 2, en la parroquia José Luis Tamayo, de Salinas, tiene preocupados a los más de 500 moradores del sitio, quienes claman por ayuda.
El torrencial invierno ha afectado el sistema de alcantarillado sanitario y las aguas servidas se mezclaron con las de las lluvias y se estancaron en lo que antes fue una cancha de fútbol, en esta zona de la Península de Santa Elena.
Los días pasan y la situación se complica. Para salir al trabajo o realizar compras los moradores deben caminar entre el lodo y las aguas represadas.
“Nuestros hijos han comenzado a enfermarse por esta situación. Queremos que vengan a evacuar el agua. Nos prometieron relleno y nada. Cuando llueve esto aquí es una desgracia, para salir hacia la vía principal tenemos que utilizar botes”, señaló la habitante Lucila Grefa.
Israel Cojitambo, otro de los residentes, señaló que “el agua nos llegó más arriba de la cintura con las dos lluvias caídas. Se perdieron enseres y se dañaron electrodomésticos en las casas donde se entró el agua”.
Salinas fue declarada en emergencia por el Comité cantonal de Operaciones Emergentes, COE. Se indicó que esta semana se procederá a un plan de fumigación. (JL)